El director general de la OMC dice que hay que esperar y ver el caso de Trump
El fantasma de la guerra comercial está en el aire. Ante el riesgo del unilateralismo que promete la administración de Donald Trump, el diplomático brasileño Roberto Azevedo, cabeza del organismo multilateral encargado de promover el libre comercio y vigilar que se cumplan las reglas, se muestra cauteloso pero seguro de su papel.
"La OMC tiene las herramientas para manejar mucho de lo que se ha mencionado hasta ahora. Es cuestión de examinar lo que el sistema puede ofrecer, y la habilidad del sistema para responder a las preocupaciones que han sido levantadas, de hecho, por muchos", respondió a pregunta de Expansión.
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Azevedo no quiere anticiparse a las decisiones que pueda tomar Estados Unidos, impulsor del libre comercio desde la creación del Acuerdo General de Comercio y Aranceles de 1948, para impedir el fin del multilateralismo en el periodo de entreguerras, transformándolo en 1995 en la Organización Mundial de Comercio. No es claro que el pilar del comercio mundial haya dejado de serlo. "No se puede especular, hay que esperar y ver qué pasa", dijo a 24 horas del discurso de inauguración de Donald Trump.
El director general de la OMC participó en un debate sobre el proteccionismo en el que compartió la mesa con la comisionada europea de comercio, Cecilia Malmström, contraparte de Gran Bretaña en la negociación del Brexit, y los presidentes de Honeywell y UBS. Bajo el temor al Brexit, y ante la promesa de Trump de salirse de negociaciones colectivas para optar por las bilaterales, Azevedo quiso transmitir un tono de tranquilidad.
null"Espero que las negociaciones nunca terminen dentro de la OMC, se den permanentemente y para siempre, y espero que periódicamente demos buenas noticias de logros importantes", dijo al ser cuestionado en el panel sobre la percepción de falta de resultados de la organización.
El último gran acuerdo logrado por la OMC fue el Paquete de Bali, un grupo de medidas aprobadas en 2013 dentro de la negociación de Doha, que incluye recorte de aranceles y subsidios agrícolas. Un acuerdo que incrementará, según la OMC, las exportaciones en el mundo en 1.3 billones de dólares de los que 650,000 corresponden a países en desarrollo. El proyecto sigue pendiente de la ratificación de dos países.
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Ante la propuesta de Trump de que las reuniones ya no serán multilaterales sino bilaterales, Azevedo defendió que el bilateralismo es la base de cualquier acuerdo multilateral.
El líder de la OMC mantuvo en todo momento una posición cautelosa, a la espera de que la administración Trump comience a gobernar.
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La OMC establece para sus 164 países miembros reglas del juego, de manera que no puedan incrementar aranceles unilateralmente sin fundamento, ofrecer subsidios o beneficios fiscales a las empresas exportadoras nacionales si no cumplen determinadas normas, o discriminar países dentro de un mismo acuerdo. Respecto a las facilidades fiscales que prometió Trump, Azevedo dio la misma respuesta: algunas se pueden, otras no, habrá que ver.