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Desconfianza, el otro gran riesgo para México

Además de Donald Trump, el país enfrenta otras amenazas, como mayor corrupción, alta deuda y descontento social.
jue 13 abril 2017 07:00 AM
Desfogue
Desfogue Las manifestaciones en contra del 'gasolinazo' dejaron un saldo de tres muertos y cientos de heridos. (Foto: Daniel Cárdenas)

El persistente discurso antimexicano de Donald Trump, el inicio de la carrera presidencial, una población enardecida por aumentos en el precio de los combustibles , casos de corrupción que empañan la imagen de México, son temas que abonan al clima de incertidumbre que se gesta desde la elección presidencial de Estados Unidos en 2016.

Como presidente, Trump insiste en sus amenazas hacia México, renegociar o salirse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), gravar con un impuesto las importaciones y las remesas, y la deportación de migrantes son sólo algunas.

Una de las primeras facturas de ello son menores expectativas para los flujos de inversión. El consenso de los analistas consultados por el Banco de México prevé que, este año, la Inversión Extranjera Directa (IED) baje 21.5%.

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“Mayor incertidumbre se traducirá en menos inversión en 2017”, dice en un reporte de BofA Merrill Lynch Global Research, el economista en jefe Carlos Capistrán. Sus pronósticos contemplan una caída de 35% en la IED este año.

La cancelación del Tratado o la interrupción de remesas podrían incluso generar una recesión, de acuerdo con Capistrán.

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El deterioro del ambiente se recrudeció con las manifestaciones de descontento social, algunas violentas, ante el alza del precio del diésel y las gasolinas, de hasta 25% desde el 1 de enero. El riesgo de que continúen está latente , ya que el gobierno planea liberalizar los precios este año.

Las protestas y los saqueos a raíz del incremento dejaron ver a una población enardecida y el riesgo de que surja un movimiento más organizado, advierte Manuel Molano, director adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

“Muchas organizaciones utilizan estos movimientos como una manera de extraerle recursos al Estado mexicano”, dice.

Además, el alza ya ha tenido un efecto en cadena en los precios de productos y servicios. La inflación ha sido presionada desde enero pasado y en marzo subió 5.4% anual, un máximo de ocho años.

En este escenario BofA Merrill Lynch Global Research espera que la inflación alcance en algún momento de 2017 el 6%, muy lejos del cierre de 2.1% de 2015 y 3.4% de 2016.

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Corrupción sin fin

La aparición de casos más abiertos de corrupción ha sido una constante en esta administración. México cayó 28 lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción en el sector público, al ubicarse en la posición 123 entre 176 países, según el estudio de 2016 de Transparencia Internacional.

El fenómeno es más preocupante en momentos en que las agencias calificadoras, como Moody’s, Standard &Poor’s y Fitch tienen la mirada puesta en las finanzas públicas del país ante el rápido crecimiento de la deuda pública.

“El gran reto de sanear las finanzas públicas en un ambiente adverso internacional es más difícil”, dice Fausto Hernández, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Lo cierto es que la percepción de la población sobre corrupción ha empeorado, dice, y no hay muestras de que el gobierno la combata con resultados.

Javier Duarte, exgobernador de Veracruz, investigado por la Procuraduría General de la República (PGR), sigue prófugo.

“El gobierno consume mal, gasta mal, compra caro y hace tarugadas con el dinero , y eso provoca molestias entre la gente”, comenta Molano, del IMCO.

Bajo crecimiento, menos ingresos petroleros y un creciente gasto público dificultan estabilizar la deuda neta total del sector público, que representó un 48.4% del PIB al final de 2016, 12 puntos porcentuales arriba de 2012, cuando empezó el gobierno actual.

“La deuda del gobierno se ha incrementado. Las finanzas públicas, desde el punto de vista interno, son el mayor riesgo”, comenta Gabriela Siller, directora de análisi económico de Banco Base.

Elecciones en puerta

La incógnita de quiénes contenderán en la próxima elección presidencial de 2018 aumenta el clima de incertidumbre.

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Para algunos, la caída en la popularidad del presidente Enrique Peña Nieto abre un espacio en el mapa político que puede aprovechar un candidato con posiciones radicales.

Una encuesta del diario Reforma de inicios de año arrojó que la popularidad del presidente se desplomó a 12%, mientras que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de Andrés Manuel López Obrador, se ubicó en la punta.

“La victoria de Trump ha detonado la probabilidad, dada la baja popularidad del presidente, de un candidato que sea igual de radical y que pueda tener una oportunidad para ganar las elecciones en 2018”, dice Marco Oviedo, economista en jefe de Barclays México.

La postura del tabasqueño en contra de las reformas de Peña Nieto y la sugerencia de que podría intervenir más en los mercados pueden ser percibidas como algo negativo por la comunidad financiera.

Las próximas elecciones para gobernador del Estado de México y Coahuila servirán como un laboratorio para anticipar si el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perderá su hegemonía.

La posibilidad de tener un presidente proclive a tomar medidas radicales y proteccionistas, además de Trump, plantea un escenario poco deseable para el país, que vive ya cierta inestabilidad económica y política no vista desde 1995, dice el economista Jonathan Heath.

Nota: este artículo se publicó originalmente en la edición 1208 de la revista Expansión y fue actualizado para esta plataforma

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