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Rusia quiere ser el rey de las criptodivisas

El gobierno de Vladimir Putin trabaja en un proyecto que pondría al país a la vanguardia en el uso de este medio de pago.
lun 13 noviembre 2017 01:52 PM
Mercado
Mercado Una empresa rusa está apostando por permanecer como líder en el sector de las criptodivisas.

En una antigua fábrica de autos en el sureste de Moscú se pinta una escena como de una película de ciencia ficción.

Procesadores de computadora en altos estantes sobresalen en la mitad del espacio, lanzando aire caliente. Si alguna vez has visto cómo un ventilador de computadora funciona, multiplica eso por miles.

El almacén de 9,000 metros cuadrados es en donde los autos soviéticos salían de la línea de producción. Ahora, alberga el trabajo de Dmitry Marinichev, el ombudsman de internet del presidente Putin, quien lidera RadiusGroup, su propia compañía de soluciones de TI.

En 2014, Dmitry Marinichev fue nombrado en el cargo como un enlace entre las empresas de internet y el gobierno. Recientemente fue nombrado como uno de los cuatro potenciales candidatos por el “Partido del Crecimiento” ruso, un partido de oposición cercano al Kremlin que realiza campañas a favor de plataformas de negocio.

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Marinichev trabaja actualmente en un Centro Ruso de Minado, un proyecto que espera poner al país en el mapa de las criptodivisas .

Las criptodivisas son “monedas” virtuales que se minan en computadoras a través de algoritmos complejos. La más famosa y con mayor uso es el bitcoin.

Este existe en una red de datos conocida como blockchain y no tiene un Banco Central o una autoridad sobre ella, lo que significa que las transacciones se pueden hacer directamente entre las personas y las instituciones, sin la necesidad de que el gobierno o los bancos se involucren.

Hasta ahora, Marinichev y sus socios han invertido 10 millones de dólares en el proyecto. Además han levantado el equivalente a 43 millones de dólares en ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés) –el equivalente a las ofertas públicas iniciales en la Bolsa u OPI– y planean añadir cinco veces más computadoras para minar en su empresa para fin de año.

Su equipo crea sus propias computadoras. Marinichev muestra como una línea de producción de alta tecnología ensambla las tarjetas madres modeladas en 3D y las llevan a la vida. Algunas se utilizarán en este almacén, mientras que otros serán vendidos para realizar la minería.

"Antes que nada, se trata de un negocio”, dijo Marinichev a CNN. "Pero esta es una nueva meta en el desarrollo de la humanidad”.

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Alcanzando a los demás

Rusia aún se encuentra por detrás de los demás cuando se trata de aceptar las criptodivisas de manera oficial . Al contrario de Estados Unidos y casi todo Europa, actualmente es ilegal pagar cualquier cosa con estas divisas virtuales en Rusia o convertirlas en rublos.

Y el Banco Central no está dando su brazo a torcer. En septiembre lanzó una advertencia sobre que el anonimato detrás de las criptodivisas puede empujar a las personas a “realizar actividades ilegales que incluyen el lavado de dinero y financiar actos terroristas”.

El Banco Central asegura que es prematuro considerar la legalización de las criptodivisas como un instrumento financiero. En octubre, el gobernador de la entidad dijo que la banca estaba considerando restringir las transacciones con sitios web que utilizaran estas divisas.

Marinichev espera que su proyecto pruebe a las autoridades rusas que las criptodivisas y el uso de la tecnología de blockchain los empodera en una parte crítica del futuro de su país.

E incluso ya ve señales de progreso. En junio, el presidente Putin tuvo un encuentro con Vitalik Buterin, el inventor ruso-canadiense de la divisa Ethereum, el competidor más cercano de Bitcoin. El encuentro generó emoción dentro de la comunidad de criptodivisas en el país-

El comunicado del Kremlin tras el encuentro decía lo siguiente: “El presidente apoyó la idea de establecer ligas con posibles socios rusos”.

Putin recientemente tuvo un encuentro de alto nivel con su ministro de finanzas y el jefe del Banco Central en donde alertaron sobre los serios riesgos de las criptodivisas y su uso por posibles criminales.

Al mismo tiempo, insistió que Rusia necesita llegar a una regulación de las mismas. Ese es trabajo de un grupo especial en el Duma estatal, la cámara baja del parlamento ruso. Y está muy lejos de ser un trabajo sencillo. Elina Sidorenko, una profesora de leyes que encabeza el grupo dice que su principal preocupación es el anonimato en las transacciones y la dificultad de aplicar estándares contra el lavado de dinero en los pagos de criptodivisas.

Pero ella dijo a CNN que los retos siguen apareciendo. Su grupo necesitaba publicar una nueva regulación en octubre, pero ya la ha postergado por unos cuantos meses para analizar nuevos factores: las implicaciones de la campaña de China en los intercambios de criptodivisas, así como la manera de regular los tokens y las ofertas iniciales.

Aún así, Sidorenko está convencida de que Rusia no puede ignorar los beneficios potenciales de las criptomonedas para “empujar a la economía rusa”.

“Además de los recursos naturales y petroleros, tenemos especialistas en tecnologías de la información, tecnólogos, desarrolladores y genios computacionales conquistando el mundo, así que debemos utilizar este recurso”, dijo.

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El avance ruso

Los emprendedores rusos en criptodivisas ya están generando un impacto. Alexander Ivanov es un físico que ahora lidera Waves, una plataforma de blockchain que genera tokens por cosas como programas de lealtad y vouchers, intercambia criptomonedas y realiza pagos.

La empresa dice que haber acumulado un valor de mercado de cerca de 400 millones de dólares y asegura que 80% de su negocio se lleva a cabo fuera de Rusia. Waves está detrás de un reciente programa de lealtad de Burger King fuera de Rusia conocido como “Whoppercoin”, en donde los clientes podían acumular tokens digitales para intercambiar por productos en la tienda.

Ivanov dijo que le atrae la estabilidad de la tecnología blockchain y el hecho de que es descentralizada por lo que ningún banco la puede tirar.

Él dijo que aún existe una “barrera para entender” de parte de algunas personas pero que esto no será por siempre.

“Creo que blockchain repetirá la historia del internet y será aún más grande que este”, aseguró.

Ivanov y yo visitamos el restaurante Lavkalavka en Moscú, el cual es parte de una granja colectiva que utiliza productos orgánicos y cultivados localmente. Este empezó a aceptar bitcoin en agosto. El precio de una comida es de 0.02 bitcoins (100 dólares).

El restaurante además realiza una transacción espejo en rublos para evitar tener problemas con el sistema legal ruso. Su dueño, Boris Akimov dijo que aceptar bitcoins es una iniciativa de marketing por el momento y una manera para que la empresa comprenda mejor las criptomonedas.

Su empresa además creó su propia divisa virtual conocida como Biocoin, la cual se utiliza entre los granjeros para intercambiar bienes y equipo. Los biocoins también se utilizan en un sistema de lealtad tanto en este como en otros restaurantes. Las personas reciben cierta cantidad de dinero virtual cuando compran algo y lo pueden cambiar en futuras compras.

Preparándose para el invierno

Existen muchas razones por las que Rusia se siente atraída por las criptomonedas . Akimov dice que la idea de un sistema financiero que no sea dominado por el dólar estadounidense es parte de ello.

"Las criptodivisas son una manera de cambiar el sistema financiero global”, dijo Akimov.

El sistema bancario ruso actualmente se encuentra bajo el dominio de las sanciones estadounidenses y de la Unión Europea, y es poco factible acceder a capital del oeste.

“No puedo decir que el bitcoin ayudará a evadir esas sanciones porque eso sería falso”, dijo Marinichev. “El bitcoin puede ayudar a que el mundo cambie, permitirá que se limpie de la locura de algunos individuos, gobiernos y parlamentos”.

Por ahora, los expertos creen que Rusia tiene solo 3% de los nodos (computadoras) en la red de bitcoin.

Otra ventaja para Rusia es el frío, de acuerdo con Marinichev. Esto significa que el costo para enfriar el equipo se reduce dramáticamente. La electricidad también es barata y hay mucha disponible.

Para Sidorenko, las criptodivisas son un poco como el invierno ruso: difíciles de manejar pero inevitables.

"Debemos vivir con esta realidad y debemos regularla”, dijo. “Pero también debemos minimizar los riesgos de involucrarnos en ella”.

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