El mayor reto del nuevo gobernador de Banxico
Quizá Alejandro Díaz de León no imaginaba hace un año que su periodo como subgobernador sería tan corto porque sucedería a Agustín Carstens al frente del Banco de México (Banxico). Aunque algunos analistas especularon desde entonces que esa era la razón de su nombramiento.
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El 30 de noviembre de 2016, el Senado ratificó a Alejandro Díaz de León Carrillo como miembro de la Junta de Gobierno de Banxicol, en lugar de Manuel Sánchez, que concluía sus funciones. Un día después, Agustín Carstens, titular del banco central presentó su renuncia como gobernador tras aceptar la oferta de dirigir el Banco de Pagos Internacionales. Su salida se hará efectiva mañana jueves.
Desde que renunció Carstens, Díaz de León fue uno de los personajes mencionados, entre otros, por diversos analistas de grupos financieros como posible sucesor del banquero central.
Díaz de León cumplía desde entonces con los requisitos de ley para asumir ese cargo. Algunos apuntaban la cercanía con José Antonio Meade y Luis Videgaray, como un factor que podía ayudar a que Díaz de León llegara a ser el titular del Banxico, así daría continuidad a la política monetaria aplicada hasta ahora.
nullAhora, después del los movimientos en el gabinete de Enrique Peña Nieto y del destape de José Antonio Meade como aspirante presidencial del Partido Revolucionario Institucional, las piezas parecen acomodarse.
Mantener la independencia: el reto
Según los registros del ITAM, Meade y Díaz de León fueron compañeros de generación en la licenciatura de Economía y se recibieron en 1993. Videgaray lo hizo un año después.
Al frente de la Unidad de Crédito Público, entre 2011 y 2015, Díaz de León trabajó en los equipos de Meade y Videgaray, cuando les tocó en esos años presidir la Secretaría de Hacienda. Más tarde, este último lo propuso como director del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), donde aún estuvo bajo su mando hasta que fue nombrado subgobernador.
La cercanía con dos personajes que han manejado la política económica reciente del país, causa suspicacias sobre cómo llevará a cabo la independencia y autonomía del Banco de México que el gobernador está obligado a mantener y que están consagradas en la Constitución desde 1994.
“Más allá de sus relaciones deberá demostrar que es independiente y que no estará a la orden de sus amigos, y que más allá de sus amistades, él hace lo que tiene que hacer en el banco”, dijo el economista Jonathan Heath.
Aunque las decisiones de política monetaria se votan por los cinco miembros de la Junta de Gobierno, incluyendo el gobernador, los analistas entrevistados coinciden en que la influencia y liderazgo de este último en ese órgano es mayor, además de que se encarga de la gestión del banco, a diferencia de los subgobernadores que no tienen autoridad sobre su funcionamiento.
“La sociedad debe estar atenta respecto a las decisiones que tome tratando de que garantice la independencia de criterios”, dijo Marcelo Delajara, director del programa de Crecimiento Económico, del Centro de Estudios Económicos Espinosa Yglesias.
Hay decisiones en las que la independencia es crucial, un ejemplo es el movimiento de la tasa de interés, que cuando sube encarece el costo financiero de la deuda pública. “Esa decisión queremos que se tome de manera independiente de la parte fiscal de la economía”, señala Delajara.
Preparación y experiencia
Lo anterior no pone en duda la preparación y experiencia de Díaz de León. En ella se basa la confianza que genera entre el círculo de economistas y financieros, pues cumple puntualmente el requisito de contar con “reconocida competencia en materia monetaria, así como haber ocupado, por lo menos durante cinco años, cargos de alto nivel en el sistema financiero mexicano” como exige la ley.
Es licenciado en Economía por el ITAM y posteriormente obtuvo la maestría en Administración Pública en la universidade de Yale, especializándose en ingeniería financiera y en valuación de instrumentos derivados, de las que obtuvo mención honorífica.
“Lo más importante es que su formación sea ortodoxa, que no sea alguien que venga con ideas que no sean típicas normales dentro de un banquero central”, dice Heath.
No obstante, su maestría no fue en Economía y tampoco tiene doctorado en esa ciencia, con lo que rompe con la tradición en ese aspecto de anteriores banqueros centrales. “Un doctor en economía tiene mayor capacidad para analizar la realidad”, advierte Delajara. Pero ese no es requisito para el cargo y puede suplirlo con la experiencia, agrega.
Su formación y experiencia dan indicios sobre su postura frente al principal objetivo de Banxico, que es el manejo de la inflación para lograr mantener el poder adquisitivo de la moneda. “Sí entiende muy bien que hay que mantener una inflación baja, pero no a cualquier costo”, dice Heath. Su postura es balanceada, ni aguerrida ni dócil, señaló.
Díaz de León empezó su carrera como servidor público en Banxico, en donde trabajó 16 años , de 1991 a 2007.
Empezó en la subgerencia de Análisis del Mercado de Valores, en la que conoció el papel del banco central como agente emisor de billetes y monedas para satisfacer las condiciones de liquidez del mercado.
En la dirección de Operaciones de Banca Central y regresando de su posgrado en Yale, le tocó participar en las acciones que tomó el organismo para recuperar la estabilidad macroeconómica que se perdió en 1995. Díaz de León pudo conocer los efectos sociales y fiscales de una inflación desbordada en ese entonces, señaló en su comparecencia frente al Senado cuando fue nombrado subgobernador.
Realizó varios trabajos que buscaron identificar mecanismos para lograr una inflación baja y estable como director de Análisis Macroeconómico y como director de Estudios Económicos. “Entendemos que el escenario de incertidumbre complica la conducción y el manejo económico, pero yo creo que los instrumentos que se tienen, tanto de política fiscal, como de política monetaria, hoy en día son suficientes para ir adecuándolo”, dijo ante los senadores cuando la volatilidad en los mercados estaba desbordada por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Su experiencia en la Secretaría de Hacienda en la Unidad de Crédito es valiosa, señaló Heath, pues adquirió conocimientos profundos de los mercados financieros internacionales, de gran importancia para el banco central. Posteriormente asumió la dirección de Bancomext , durante la cual logró fortalecer su balance y un índice de capitalización superior al 19%, según Díaz de León en su comparecencia ante legisladores en noviembre de 2016.
En opinión de Heath, entre sus mayores retos en el corto plazo están demostrar liderazgo y habilidades para comunicar, que hasta ahora no se conocen de él. Esta última es esencial para transmitir el rumbo de la política monetaria y un mejor anclaje de las expectativas de inflación, advirtió el experto.
Pero, el que podría ser el mayor reto de todos es lograr que la inflación converja a su objetivo de 3%, más menos un punto porcentual, antes de que termine el próximo año, como lo planteó el mismo Carstens en la reciente presentación del informe de inflación del tercer trimestre.
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Por lo pronto el primer anuncio de decisión de política monetaria de Díaz de León como gobernador será el 14 de diciembre, y se verá si, como los pronósticos apuntan, la Junta de Gobierno decide subir la tasa de referencia en 25 puntos base a 7.25%.