Paneles solares; la inminente pelea entre Trump y China
El presidente estadounidense, Donald Trump, tiene la oportunidad de perjudicar a China en comercio este mes, pero podría terminar perjudicando los empleos en Estados Unidos también.
Trump debe decidir antes de fines de enero si impone castigos a las importaciones extranjeras de paneles solares, la mayoría de las cuales provienen de China.
El presidente estadounidense siempre ha sido firme en lo que respecta al comercio, particularmente con respecto a China .
Sin embargo, gran parte de la industria solar estadounidense espera que Trump evite el fuego en este tema, como lo ha hecho en otros. Lejos de proteger a las empresas estadounidenses, la decisión podría eliminar decenas de miles de empleos en Estados Unidos, según un importante grupo comercial.
“Los aranceles propuestos son un ataque directo contra los trabajadores estadounidenses y la floreciente industria solar en este país”, dijo David Bywater, presidente ejecutivo de la firma de energía renovable Vivint Solar.
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¿Cómo llegamos aquí?
Estados Unidos es uno de los mayores mercados mundiales de energía solar y fue pionero en sus tecnologías clave.
En los últimos años, los expertos dicen que China ha otorgado apoyo a sus propios fabricantes de energía solar a través de préstamos baratos y de subsidios. Eso redujo los costos y provocó una avalancha de paneles solares baratos en mercados como Estados Unidos y Europa.
“Algunos fabricantes de energía solar con sede en Estados Unidos no pueden competir con las importaciones de bajo costo”, dijo Edward Barbier, profesor de Economía de la Universidad de Colorado.
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Eso provocó que el gobierno de Barack Obama aplicara aranceles a algunas importaciones solares chinas hace cinco años, y más en 2014.
Estas no han tenido mucho impacto. Casi el 90% de las instalaciones solares en Estados Unidos todavía usan paneles importados, en su mayoría de empresas chinas, según la consultora Greentech Media.
Las importaciones chinas aún resultan más baratas a pesar de las barreras comerciales ya existentes, dijo Barbier.
¿Qué esta sucediendo ahora?
La disputa ha brotado a la superficie nuevamente.
Dos fabricantes de paneles solares estadounidenses presentaron una queja ante la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos el año pasado, argumentando que las importaciones baratas de China habían diezmado sus negocios.
La comisión ahora está recomendando aranceles de hasta 35% para casi todas las importaciones de paneles solares en Estados Unidos. Trump tiene hasta el 26 de enero para tomar una decisión sobre imponerlos o no.
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Los nuevos aranceles serían mucho más amplios que los existentes. Aplicarían a más componentes que los aranceles de la era de Obama y cubrirían las importaciones de todos los países. Pero los expertos dicen que el objetivo principal es claramente China.
Estados Unidos alegó el año pasado que las empresas chinas están abriendo instalaciones de fabricación en otros países para evadir las barreras comerciales.
¿Qué significa eso para los Estados Unidos?
Los nuevos aranceles serían profundamente impopulares en gran parte de la industria de la energía solar de Estados Unidos
Las empresas estadounidenses han abandonado en gran medida la fabricación de paneles para enfocarse en su instalación de ellos y otros servicios relacionados. La gran mayoría de las empresas usan paneles importados de otros países, principalmente China.
“Estos aranceles irracionales minarían la independencia energética de Estados Unidos, nuestra floreciente industria solar y nuestra competencia”, dijo William Berger, presidente ejecutivo de Sunnova, con sede en Texas, una de las tres mayores compañías de energía solar de Estados Unidos
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El crecimiento laboral en la industria es 17 veces más rápido que en la economía general de Estados Unidos, según un informe del año pasado de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés).
La Solar Energy Industries Association, un gran organismo de comercio, estima que elevar los aranceles podría prácticamente duplicar el costo de los paneles y poner en riesgo hasta 90,000 empleos estadounidenses.
Cerca de 40,000 personas todavía están trabajando en la fabricación de paneles solares en Estados Unidos. En esa parte de la industria, las empresas prefieren más aranceles.
Juergen Stein, presidente ejecutivo de SolarWorld Americas, una de las dos compañías que presentaron la queja ante la comisión de comercio de los Estados Unidos, dijo que los aranceles alentarían a la industria a invertir más en la fabricación y la innovación.
Stein cuestionó la afirmación de la asociación industrial de que las sanciones causarían miles de pérdidas de empleos, diciendo que su empresa “recontrataría a cientos de trabajadores de inmediato” si Trump aumenta las tarifas.
nullCNNMoney no pudo contactarse con Suniva, el otro fabricante estadounidense que presentó la queja comercial, para obtener comentarios. Suniva se declaró en bancarrota en abril pasado, justo antes de lanzar el caso.
“Un arancel robusto permitirá a Suniva reiniciar sus fábricas y volver a contratar empleados”, dijo el portavoz de Suniva Mark Paustenbach, según Reuters.
¿Qué pasará ahora?
Los expertos predicen que Trump seguirá adelante con los mayores aranceles sobre las importaciones de energía solar.
El presidente ha expresado en repetidas ocasiones su frustración por el enorme déficit comercial de Estados Unidos con China, su escepticismo sobre el cambio climático y su afición a las industrias de combustibles fósiles.
“A Trump en realidad no le importa mucho la industria solar”, dijo Jonas Nahm, profesor asistente de Energía en la Universidad John Hopkins. “Esta es una forma útil para que atacar a China, que será popular con su base”.
La medida podría provocar represalias por parte de China contra los intereses comerciales de Estados Unidos, con riesgo de una serie de medidas de 'ojo por ojo' de ambas partes.
Y los fabricantes de paneles solares chinos tal vez ni siquiera se preocupen tanto como lo hubieran hecho en el pasado. Sus ventas dentro de China están creciendo, según Nahm, y también están expandiendo rápidamente su base de clientes internacionales.
“Podrían encontrar mercados alternativos si Estados Unidos se vuelve poco atractivo”, dijo.