Theresa May comienza a ceder en la negociación del 'brexit'
La primera ministra británica, Theresa May admitió este viernes que el Reino Unido no conseguirá todo lo que quería del brexit, aunque advirtió que la UE tampoco.
"Ambos tenemos que afrontar el hecho de que esto es una negociación, y que ninguno de los dos obtendrá exactamente lo que quiere", dijo May en un discurso en Londres en el que esbozó su visión del futuro de la relación con la UE.
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"Quiero ser clara con la gente, porque la realidad es que todos tenemos que afrontar algunas realidades crudas" sobre el impacto del brexit, añadió.
"Tenemos que resolver las tensiones entre algunos de nuestros principales objetivos", añadió May.
Esta admisión supone un cambio de tono de la primera ministra conservadora, a la que Bruselas había reprochado querer los beneficios de pertenecer a la UE sin las obligaciones.
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"De alguna manera, el acceso a los mercados del otro será menor que ahora", constató May, en este discurso en que reiteró que el Reino Unido quiere abandonar el mercado único, la unión aduanera y la jurisdicción de la justicia europea.
May reclamó un acuerdo de libre comercio ambicioso con la UE, aunque admitió que ello significaría seguir dependiendo de algún modo de los asuntos europeos.
"Como con cualquier acuerdo comercial, tenemos que aceptar la necesidad de compromisos vinculantes".
La primera reacción europea fue la del principal negociador, Michel Barnier, que agradeció "la claridad" de May, en un mensaje en Twitter.
Ni el modelo canadiense ni el noruego
May aclaró que quiere un acuerdo de libre comercio más ambicioso que el recientemente firmado por la UE y Canadá -que no incluye al sector servicios- o que el de Noruega, que es miembro del mercado único y está sujeto a las obligaciones europeas sin ser parte de la UE.
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En un momento de tensión con Bruselas por las implicaciones de la salida de la UE en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, May insistió en que el Reino Unido no pondrá en peligro la paz norirlandesa restaurando los controles fronterizos, y ofreció "arreglos específicos" en este tema, aunque rechazó de nuevo la oferta europea de dejar a la provincia en la unión aduanera porque eso amenazaría "la integridad del mercado único británico".
En su discurso, semanas antes del inicio de las discusiones sobre el futuro comercial de la relación, May argumentó que el Reino Unido debe estar libre de forjar su propio camino lejos de las reglas europeas.
Al mismo tiempo, reclamó "el acuerdo más amplio y profundo posible, que cubra más sectores y más cooperación que cualquier actual acuerdo de libre comercio en el mundo".
nullLos dirigentes europeos llevan tiempo apremiando a May para que aclare exactamente qué quiere en las negociaciones, cuando falta un año para que llegue la fecha de salida y han pasado casi dos desde el referéndum.
Sturgeon: mejor el mercado único
Un día antes del discurso, el jueves, el presidente de la UE, Donald Tusk, se reunió en Londres con May y criticó algunas de sus "líneas rojas".
"No puede haber comercio sin fricciones fuera de la unión aduanera y el mercado único", recordó Tusk.
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La primera ministra tiene además un frente interno complicado, empezando por su gobierno, dividido entre euroescépticos y pro-europeos, y siguiendo con sus socios parlamentarios, los unionistas norirlandeses, que no quieren ni oír hablar de que Irlanda del Norte acabe en un régimen diferente al del resto del Reino Unido.
El ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, anti-UE, se mostró complacido con la "visión clara y convincente" de futuro expresada por May.
"Seguiremos muy próximos a nuestros amigos y socios de la UE, pero podremos innovar, tener nuestra propia agenda, hacer nuestras leyes y acuerdos comerciales ambiciosos por todo el mundo", escribió Johnson en Twitter.
En el otro extremo, el diputado laborista Chuka Umunna le reprochó a May que sigue "sin escuchar a nadie", mientras que la jefa del gobierno escocés, Nicola Sturgeon, le recordó que las propuestas de este viernes "ya fueron rechazadas ampliamente por la UE".
"E incluso si pudieran materializarse", añadió Sturgeonl "nos dejaría con unos acuerdos que ni se acercan remotamente" a las ventajas de seguir en el mercado único.