Las próximas elecciones de EU ya están casi encima y la amenza rusa continúa
Las elecciones de mitad de periodo de 2018 en EU ya casi están encima, y los rusos todavía se están entrometiendo en la política estadounidense.
A pesar de un año de gran preocupación a causa de las campañas de desinformación en línea por parte de Rusia , Silicon Valley y Washington no están trabajando juntos para abordar la amenaza, según dijeron a CNN fuentes de ambos lados de la discusión.
Su incapacidad para diseñar una estrategia cohesionada deja vulnerables las próximas elecciones al mismo tipo de interferencia extranjera que plagó la competencia entre Donald Trump y Hillary Clinton.
El mes pasado, Facebook invitó a funcionarios de inteligencia y representantes de Amazon, Apple, Google y otros actores importantes a su sede en Menlo Park, California.
El objetivo, según una fuente presente en la reunión, era lograr que las autoridades federales compartieran información que pudiera ayudar a las compañías tecnológicas a combatir las amenazas que se avecinan.
Eso no sucedió. Según fue informado por primera vez por el New York Times y confirmado por CNN, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional se negaron en repetidas ocasiones a compartir información sobre actores extranjeros y sobre lo que podrían estar haciendo.
En cambio, la reunión reforzó las peores sospechas de Silicon Valley sobre Washington. Las compañías tecnológicas dejaron la reunión con la sensación de que los federales están reteniendo ideas vitales que podrían ayudar a frenar la intromisión extranjera y, por tanto, no está protegiendo la seguridad nacional, dijeron fuentes con conocimiento del asunto.
OPINIÓN: Los rusos interferirán en las elecciones de EU otra vez
“Las agencias encargadas de defender nuestro país señalan a Silicon Valley y dicen: 'Ese es su problema'”, dijo una fuente que asistió a la reunión. “Están diciendo: 'Tomaremos nuestra pelota e iremos a casa, pero ustedes son responsables del resultado de un juego'”.
Fuentes de Silicon Valley consideraron revelador que Facebook, y no el Departamento de Seguridad Nacional, organizara la reunión. “Es irritante que Facebook haya tomado la delantera”, dijo la fuente.
Los funcionarios de Washington sostienen que Facebook, Google y otras grandes firmas de tecnología están mejor equipadas para monitorear la actividad extranjera en sus plataformas porque pueden acceder a los datos y ver dónde se origina dicha actividad. También creen que estas compañías son las principales responsables de lo que sucede en sus plataformas.
Los representantes de Facebook, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional no hicieron comentarios para este artículo.
Desde las elecciones de 2016, Facebook lanzó un esfuerzo masivo para combatir la intromisión extranjera y la desinformación en su plataforma, entre otras cosas, modernizando sus políticas de seguridad y asignando a 20,000 personas a la “revisión de seguridad y contenido”.
Pero incluso el presidente ejecutivo, Mark Zuckerberg, reconoce que “la seguridad no es un problema que pueda ser solucionado alguna vez completamente”.
A una pregunta de Laurie Segall de CNN en marzo sobre si actores perjudiciales están tratando de inmiscuirse en las elecciones de mitad de periodo de 2018, Zuckerberg dijo: “Estoy seguro de que alguien está intentando, ¿verdad? Y estoy seguro de que hay V2, la versión dos de lo que fue el esfuerzo ruso en 2016. Estoy seguro de que están trabajando en eso”.
Facebook y otras firmas tecnológicas creen que obtener acceso a la información recopilada por el FBI y por el Departamento de Seguridad Nacional haría más fácil abordar el problema. Pero la comunidad de inteligencia, ya reacia a compartir información entre sus diversas agencias y divisiones, parece estar aun menos interesada en compartir información con alguien externo al aparato de seguridad nacional.
Si hay un área en la que ambas partes están de acuerdo, es que el gobierno de Donald Trump no ha tomado la iniciativa en este tema y no ha desarrollado una respuesta integral a la guerra de información extranjera.
Sospechan que es porque el presidente considera políticamente inconveniente reconocer un problema que los críticos dicen que lo ayudó a ganar la presidencia.