Europa reduce su dependencia energética de Rusia gracias a EU
Europa está cumpliendo su promesa de comprar mucho más gas natural estadounidense, a medida que busca aliviar la tensión comercial transatlántica y reducir su dependencia hacia la energía rusa.
La Unión Europea ha importado aproximadamente 8,000 millones de metros cúbicos de gas natural líquido de Estados Unidos desde julio de 2018, más de tres veces la cantidad comprada en los dos años anteriores.
En una cumbre energética realizada en Bruselas el jueves pasado, el bloque se comprometió a realizar más compras, siempre y cuando el precio sea competitivo.
El compromiso parece estar calibrado para apaciguar al presidente estadounidense, Donald Trump, quien aplicó aranceles al acero y al aluminio de la Unión Europea y ha amenazado con nuevos impuestos sobre los automóviles fabricados en el bloque.
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El gas natural es un área donde Europa y Estados Unidos han encontrado un terreno común en comercio.
En julio de 2018, Trump y Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, dijeron en una declaración conjunta que la Unión Europea buscaría expandir sus compras de gas natural estadounidense. El anuncio, que incluía otros compromisos comerciales de la Unión Europea, ayudó al bloque a evitar nuevos aranceles amenazados por Trump.
El bloque promocionó las cifras que muestran que las importaciones acumuladas desde 2016 aumentaron de 3,000 millones de metros cúbicos en el momento de la declaración conjunta a casi 11,000 millones de metros cúbicos en abril de 2019, un aumento del 272%.
Potencial de mercado
El gas natural estadounidense representó solo una pequeña fracción de los 363,000 millones de metros cúbicos que importó Europa en 2018. Sin embargo, para los productores de energía estadounidenses que iniciaron las exportaciones a Europa con solo tres buques en 2016, el potencial del mercado es atractivo.
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En lo que va de 2019, 48 embarcaciones han transportado gas natural líquido desde Estados Unidos a Europa.
La Unión Europea también tiene razones de peso para comprar más energía a Estados Unidos.
La principal de ellas es que el bloque ha tratado infructuosamente de reducir su dependencia hacia el gas ruso desde la crisis de 2014 en Ucrania.
La Unión Europea importa el 77% de su gas natural, de acuerdo con la Comisión. En 2018, el 43% de esas importaciones provinieron de Rusia, mientras que el 33% se originó en Noruega y el 9% de Argelia. Menos del 1% provino de Estados Unidos.
“Todavía estamos muy lejos de un escenario en el que [Estados Unidos] constituya una parte importante de las importaciones de gas de la UE”, dijo Marco Siddi, un experto en política energética de la UE del Finnish Institute of International Affairs.
Precio vs. política
El secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry, quien asistió a la cumbre en Bruselas, dijo que el acuerdo para aumentar las exportaciones de gas natural de Estados Unidos generaría “un beneficio mutuo tremendo” para ambas partes.
Sin embargo, el gas natural líquido de Estados Unidos, que es enviado a través de embarcaciones, es mucho más caro que el gas procedente de Rusia.
Perry dijo que el precio no puede ser la única consideración.
“Recibes lo que pagas... podrías comprar más barato en otro lugar, pero puede que no sea confiable”, dijo en respuesta a una pregunta sobre el gas procedente de Rusia.
La Unión Europea podría estar dispuesta a aceptar costos más altos. El bloque votó recientemente por reabrir las conversaciones comerciales con Estados Unidos, pero estas podrían verse descarriladas por desacuerdos sobre la agricultura y el medio ambiente. Prometer mayores importaciones de gas podría ayudar a enfríar el ambiente.