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El rescate económico para Centroamérica, un sueño lejano

La semilla plantada por el gobierno para apoyar a esa región correrá la misma suerte que otros intentos si Estados Unidos no abre la cartera y AMLO no desarrolla redes institucionales.
jue 11 julio 2019 05:04 AM
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Sin la ayuda financiera de Estados Unidos gobernado ahora por Donald Trump, el Plan de Desarrollo para Centroamérica tiene un destino seguro: el olvido.

La semilla plantada en este sexenio para hacer florecer el desarrollo económico del llamado Triángulo Norte de Centroamérica —Honduras, El Salvador y Guatemala— y frenar la migración hacia Estados Unidos corre el riesgo de quedarse enterrada en la tierra, como tantos otros planes similares de gobiernos pasados.

Los intereses en otros ámbitos de Donald Trump y del mismo Andrés Manuel López Obrador ponen en duda lo que hasta ahora es más un deseo que una acción concreta, coinciden los analistas consultados.

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El Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica (PDI), que López Obrador impulsó desde el día uno de su gobierno, y que Trump vino a acelerar con sus amenazas comerciales —si México no frena el flujo de migrantes desde Centroamérica— comenzó en junio con la siembra de dos árboles retoños de caoba en Tapachula, Chiapas. Allí estuvieron los presidentes de El Salvador y México, Nayib Bukele y López Obrador, quien anunció también una transferencia incondicional de 30 millones de dólares del país a la nación centroamericana.

Pero como toda semilla, el PDI necesitará recursos políticos y dinero. Mucho dinero. Y hoy no hay suficiente para que el primer brote de desarrollo germine en al menos 30 años.

"Sin financiamiento no hay forma. Sin una economía mexicana boyante que crezca fuerte y de manera sostenida e incluyente, todo plan de servir de pilar a un impulso de cooperación regional no pasará de ser meras intenciones, de hecho como nuestro Plan Nacional de Desarrollo, mero discurso sin piso financiero ni instrumentación", dice en entrevista el economista Juan Carlos Moreno Brid, actualmente profesor titular de la Facultad de Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y quien hasta 2015 fue director adjunto de Investigación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL-ONU), en la sede de México por 15 años.

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Un buen deseo con muchas dudas

Los expertos reconocen las buenas intenciones del plan presentado en diciembre, mes de propósitos y buenos deseos, pero cuestionan la ausencia de acciones concretas y recuerdan que del dicho al hecho hay mucho trecho.

“La intención es muy buena, pero la operatividad es nula. No tenemos ningún viso de que haya un plan de trabajo, o por lo menos lo desconocemos. Parece ser que lo único que puede llevarlo adelante es la voluntad de un presidente, y eso hay evidentemente hay que rechazarlo inmediatamente”, señala Javier Urbano Reyes, investigador del Departamento de Estudios Internacionales en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Para que esas semillas florezcan, necesitarán cuidados: habrá que vencer la falta de dinero, la austeridad del gobierno de México, la presencia de Trump y la corrupción en las instituciones de los países involucrados. También se necesitará plantar redes institucionales que garanticen continuidad en el plan sin importar quiénes sean los presidentes, de acuerdo con los especialistas consultados.

"El aspecto a considerar es si en esta ocasión se tendrán los recursos económicos y la duración de tiempo necesarias para que ese tipo de estrategias funcione, porque es evidente en el pasado que se ha quedado a medio camino”, advierte José Luis de la Cruz, economista y director del IDIC.

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En los siete meses pasados desde el anuncio de este buena intención, lo único que se conoce es un documento elaborado por la Cepal, y presentado en mayo en el Palacio Nacional por la directora de organismo, Alicia Bárcena, con propuestas para Centroamérica. Entre ellas destacan: transferencias a los tres países seleccionados por 100 millones de dólares para dar empleo a sus ciudadanos, en modalidades de programas mexicanos como la siembra de árboles frutales o aprendices bajo Jóvenes Construyendo Futuro en empresas con presencia en la región, como Bimbo, que ya accedió a esa capacitación.

“Es positivo que México haya retomado esta visión, destinando recursos que me parece son en realidad un tipo de capital semilla", dice De la Cruz.

Las piedras en el camino

Pero la lista de obstáculos es larga:

Dinero

México ha prometido 100 millones de dólares, de una bolsa llamada Fondo Yucatán que ya estaba etiquetada para ayudar en algún momento en tareas de cooperación para Centroamérica. Para combatir décadas de rezago, esa cifra no es nada. "Esto requiere recursos millonarios, muy grandes", estima De la Cruz Gallegos.

“Estos recursos deben multiplicarse por 40 o por 50, para revertir todos los problemas de desarrollo que tiene Centroamérica. (...) Debe ser una intervención masiva de todo el sistema internacional", añade Urbano Reyes, quien ha sido coordinador del Programa de Asuntos Migratorios (Prami) de la Ibero.

Hasta ahora Alemania y España han dicho que también van a cooperar.

Austeridad franciscana

Y relacionado con el dinero, la política de austeridad en el gasto promovida por López Obrador, "al estilo franciscano", como él mismo ha dicho, hace casi imposible lograr que —como ha prometido— "donde coman unos coman todos".

"La política de austeridad seguida por México (...) vuelve muy cuestionable, por no decir imposible, pensar que el gobierno mexicano dedicará recursos significativos a promover el desarrollo de Centroamérica, cuando ni siquiera lo está haciendo de manera suficiente para promover el desarrollo nacional", advierte Moreno Brid, quien es parte del grupo convocado por el INEGI el mes pasado para analizar la creación de un comité que ponga fecha a los ciclos económicos, lo que permitiría sistematizar la duración y magnitud de las recesiones económicas en México.

Trump

Y en lo internacional, la semilla de la prosperidad centroamericana se enfrenta a Donald Trump.

Las amenazas de castigar con aranceles a todas las exportaciones de México hacia Estados Unidos, lanzadas a finales de mayo y suspendidas (de momento) en junio, obligaron a México a atender la exigencia de Trump: frenar la migración de centroamericanos indocumentados.

"Obliga a nuestro país a buscar 'soluciones' que frenen la migración hacia el norte desde Centroamérica. (...) La gran diferencia (con otros planes) es la administración Trump y su agresión a México en materia de migración. El esfuerzo solidario de México con Centroamérica se acompaña de la presión que impone Trump a México para frenar la migración", explica Moreno Brid.

Corrupción

Este mal ya conocido en México, Guatemala, Honduras y El Salvador amenaza a las inversiones que se consigan para la región.

"Transferir recursos sin tener el mecanismo para asegurar de que van a ser ejercidos en tiempo y forma, y para lo que son destinados, pues evidentemente se corre el riesgo de que la corrupción los pueda absorber”, teme De la Cruz Gallegos.

La concentración de poder en pocas manos en las naciones centroamericanas objetivo del PDI son parte de ese mal, y el riesgo es que impidan las inversiones para evitar perder sus privilegios.

"Los apoyos deben considerar que el gran problema es la concentración de poder, de poder económico, que además existe en esos países", dice De la Cruz Gallegos.

¿Y en Centroamérica qué dicen?

El presidente de El Salvador estuvo en México en junio, donde agradeció el apoyo para su país y no reparó en elogios para López Obrador. Sin embargo, los expertos en Centroamérica dicen que en esos países hay escepticismo. "Expectativas sí , esperanzas sí, pero una enorme dosis de escepticismo, de hasta no ver no creer. Y quitarle escepticismo a Centroamérica requiere un plan consistente y que haya dinero de por medio, no solamente promesas”", dice Urbano Reyes.

El aporte del plan en la era AMLO

La intención de ayudar a Centromérica no es nueva, y se remonta a los años 70 del siglo pasado, con programas aislados, que hasta el año 2001 se integraron con la participación activa de México.

El Plan Puebla Panamá de Vicente Fox mutó con Calderón al Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica. Todos terminaron sin resultados.

En la narrativa del PDI de López Obrador, hay una diferencia principal: se introduce el derecho a no migrar.

"Se aborda un principio fundamental: el derecho a no migrar (...), a generar proceso de desarrollo interno para que la opción se vuelva opcional y no una especie de maldición para el migrante. Es la parte sustancial que hace que haya una diferencia de este plan respeto de los anteriores”, explica Urbano Reyes.

Otra diferencia es que hace un llamado al mundo para cooperar e impulsar el desarrollo de esta región.

“Se está apelando a los fondos, a la ayuda oficial al desarrollo. Este tipo de narrativa es bastante novedosa en términos de las narrativas anteriores, pero el plan tiene severas deficiencias. Si bien es muy loable, no existen estrategias, aún no nos han dicho dónde se va a empezar", añade Urbano Reyes.

Sin Estados Unidos, letra muerta

La mayoría de estos retos se resuelven con algo casi imposible: convenciendo a Estados Unidos de invertir en desarrollo en la región, de abrir la cartera.

"Se va a necesitar la participación de Estados Unidos como la gran fuente de financiamiento. Si Estados Unidos no participa con recursos, transferencia de tecnología y la participación de sus empresas, evidentemente el alcance del proyecto me parece que puede estar en entredicho”, advierte José Luis de la Cruz.

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