El precio del petroleo a nivel mundial se ha desplomado en las últimas semanas por el conflicto entre los productores de crudo Rusia y Arabia Saudita, así como una menor demanda a causa del paro de actividades para evitar la propagación del coronavirus.
La baja de los petropercios provocó que se ajustara el precio de las gasolinas en México, aun con un tipo de cambio peso-dólar en niveles históricos.
Al cierre del 24 de marzo, en promedio, un litro de gasolina magna valía 16.80 pesos; de premium 18.19 pesos y de diésel 19.58 pesos. En comparación con hace un mes, las bajas por litro han oscilado entre los dos y tres pesos, de acuerdo a información de PetroInteligence.
Esto ya ha tenido su efecto en materia política y discursiva: “Con esta crisis, la crisis económica financiera producida por la pandemia de coronavirus baja el precio, nosotros compramos, tomamos la decisión de bajar el precio. Yo les ofrecí que no iba a subir en términos reales, y he cumplido con eso, no ha aumentado desde que estoy en la presidencia”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, en un video publicado en su cuenta de Twitter el pasado 21 de marzo.
¡Ánimo! A pesar de la caída en el precio del petróleo, que desde luego nos afecta, tomamos la decisión de reducir el precio de la gasolina porque ahora nos está costando menos su importación. Esto es fortalecer la economía popular frente a la adversidad. pic.twitter.com/lZpUj0PVvq
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) March 22, 2020
En la actualidad, a raíz de la última reforma energética, el precio de la gasolina no obedece a una decisión de gobierno, sino al comportamiento de los precios internacionales y que México es un gran importador de gasolina y diésel (alrededor del 75% del total de la que se consume), explicó Ramses Pech, socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects, en un análisis.