El número de actividades restringidas se redujo de 40 a 33, informó la Comisión Nacional de Desarrollo y Reformas (NDRC), siguiendo la tendencia iniciada en 2019.
Sin embargo, empresas estadounidenses y europeas se quejan de que el acceso al mercado chino sigue siendo difícil y el trato desigual.
Un portavoz de la NDRC dijo este miércoles que las nuevas medidas muestran la "determinación" de Beijing de "ampliar su apertura al mundo exterior, y la firme disposición de China de apoyar la globalización económica".
Hasta ahora estaba limitada al 51% del capital la participación extranjera en empresas que operan en los mercados de futuros, de valores y de seguros de vida.
Beijing también retiró la norma que impedía la inversión extranjera en la extracción de mineral radiactivo, su procesamiento y la producción de combustible nuclear y suavizó las restricciones para la comercialización de vehículos.
Asimismo, suprimió la prohibición para los extranjeros de invertir en el sector del control del tráfico aéreo, pero según el comunicado de la NDRC, la construcción y gestión de aeropuertos civiles seguirá en manos chinas.
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En el sector agrícola, se suavizaron las restricciones en la producción de trigo y granos, aunque las empresas chinas seguirán controlando al menos el 34% en vez de la mayoría del capital como hasta ahora.
En el campo de la infraestructura, China retiró la regla que estipulaba que la construcción y la operación del sistema de suministro de agua y alcantarillado en poblaciones de más de medio millón de habitantes tenía que estar en manos chinas.