La reforma presentada el miércoles pasado por el secretario de Hacienda, Arturo Herrera “es positiva en el aspecto de que va a mejorar el pilar dos, que es Afores, que es el sistema de pensiones que tenemos ahora, pero si no se modifica el pilar uno, que es el gasto del reparto, que todavía se hace, del esquema anterior, el gasto en pensiones va a seguir creciendo”, explicó en entrevista Alejandra Macías, investigadora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria
El pago de pensiones del régimen anterior depende mayormente del sector público gracias al pago de impuestos de los ciudadanos y de las empresas, contribuciones de las generaciones anteriores y en activo.
Este gasto crece cada año considerablemente presionando la repartición de todos los recursos que llegan a la administración pública federal. Hace 10 años, en 2009, el gasto en pensiones representó el 9.4 % del gasto total del sector público; en 2019 representó el 15.1%, refieren cifras de la secretaría de Hacienda.
¿Quiénes tienen cuentas en paraísos fiscales y para qué?
“Esta iniciativa reforma es consistente y razonablemente positiva para el sector laboral formal, y que cotiza en el IMSS, y que tiene una Afore, pero es una reforma que deja completamente de lado a los informales, la realidad de nuestro mercado, esa dualidad donde están los formales y los informales; todos los que no cotizan no les toca, y es una reforma que sigue siendo un parche, es patear el bote en vez de resolver de manera integral”, comentó Enrique Díaz Infante, director del Programa del Sector Financiero y Seguridad Social en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
Para el CEEY, resolver el problema de las pensiones de manera integral es hacer una reforma para que el sector público brinde seguridad social universal a todos los mexicanos, fondeada con impuestos generales. Para cambios de esta magnitud es necesario que adicional a una gran reforma en materia de pensiones se dé una reforma fiscal la cual puede impulsarse en 2022, consideró Díaz Infante.
Actualmente, más de la mitad de las personas que trabajan lo hacen en la informalidad, por lo que no tienen acceso a un sistema de ahorro para el retiro. En mayo, el 51.8% de la Población Económicamente Activa (PEA) se desempeñó en la informalidad; es decir, 22.6 millones de mexicanos, refieren cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Adicionalmente, “se estima que hay 100 sistemas de pensiones en México, muchos son en los estados, tienen que ver con el sector público, paraestatales, hay una enorme heterogeneidad, y sí, habría que pensar en un sistema de seguridad social universal, que simplifique por un lado y que amplíe la cobertura y sea más igualitario por el otro”, explicó Marcelo Delajara, economista del CEEY.
“La actual propuesta de reforma va para las personas que trabajan en el sector privado, pero hay otra parte de la población que vive una realidad muy distinta”, culminó Delajara.
