“Nosotros como desarrolladores tenemos que pensar en que nuestro consumidor final requiere un producto que le permita integrar su vida de una manera al poder hacer home office, reunirse con los suyos y tener privacidad”, afirmó.
Al cambiar la manera en la que nos relacionamos con los vecinos, es necesario modificar, por ejemplo, los pasillos, estacionamientos y otras áreas comunes para que exista interacción, pero con sana distancia; incluso en el futuro se construirán, seguramente, más edificios con balcones y con más amenidades para lograr desarrollos con mayor calidez humana.
Asimismo, es necesario contemplar que el edificio armonice con la comunidad, que cumpla con un diseño que no afecte el entorno visualmente ni energéticamente, que sea sustentable y que posea una verdadera interconexión tecnológica.
Las ciudades seguirán siendo atractivas
Federico Cerdas opinó que las ciudades continuarán siendo ese hub atractivo porque lo que estamos viviendo no es permanente, aunque sí habrá cambios. Sin embargo, seguirán siendo el centro cultural que logra que las ideas permeen, pues la manera más sencilla de que esto suceda es, precisamente, a través de las metrópolis.
El CEO de Global Businesses Inc., mencionó que el año pasado el International Institute for Management Development (IMD) publicó la investigación Smart City Index, que mide la capacidad de integración de las ciudades en la parte habitacional, de oficinas, de retail e industrial.
A partir de esto, Federico Cerdas expuso que la capacidad que tengamos de aquí en adelante para imprimir ciertos avances tecnológicos en combinación con las necesidades humanas de interrelación, es lo que nos permitirá construir una ciudad inteligente.
En estas ciudades, las personas deben considerarse como un principio y fin. En este sentido, las empresas tendrán un papel fundamental para enfrentar la desigualdad social, al generar ideas que traigan buenos negocios, más empleos bien remunerados, y que esto redunde en mejor calidad de vida para todos.