Esta semana, previo a que el gobierno federal presentara su propuesta de paquete económico, Fitch Ratings revisó a la baja la estimación para la economía mexicana de 2020, pasó de -9.1% a -10.8%, previendo que el gobierno federal mantendrá su política fiscal estricta.
El directivo explicó que la calificadora de riesgo estará atenta a la política de finanzas públicas, el paulatino regreso a la normalidad el siguiente año, y cómo esto se relacionará con las inversiones en el país, de estos y otros factores dependerá si hay cambios positivos para la calificación de México en su próxima revisión.
En marzo de 2020, Fitch bajó la calificación de México a BBB-, principalmente por la trayectoria fiscal y de crédito del país.
Shelly Shetty, directora de Calificaciones de Deuda para Latinoamérica de Fitch explicó que restaurar la consolidación fiscal y la estabilización de la deuda son fundamentales en los países de la región, para ello pueden servir medidas con diferentes costos y beneficios como incrementar los ingresos públicos con nuevos impuestos o reducir excepciones, además de impulsar reformas administrativas para apuntalar la recaudación de impuestos, además de la austeridad presupuestal en el caso de México.
Refirió que han resultado positivas las medidas de bancos centrales de los países de la región para facilitar las condiciones de financiamiento, pero que no son la panacea para los fundamentos fiscales más débiles.
Tony Stringer, director de operaciones del Grupo de Soberanos explicó que el balance fiscal global cayó en 2020, el financiamiento público global como porcentaje del PIB incrementó a 95% desde un 80%, y que este viene subiendo desde 2017, mientras el pago de intereses a nivel global después de descensos, mostró incrementos considerables en 2020.
Advirtió que las tasas históricamente bajas no evitarán que los pagos de intereses aumenten.