"Las estimaciones actuales indican pérdidas de ingreso duraderas, y se proyecta que la pobreza aumente sustancialmente en 2020", añadió.
El FMI estima una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) regional de 8.1% en 2020.
Pero a diferencia de lo ocurrido en recesiones anteriores, el empleo se contrajo más fuertemente que el PIB en el segundo trimestre de 2020: más de 30 millones de personas se quedaron sin trabajo en Brasil, México, Chile, Colombia, México y Perú.
Las pérdidas de empleo fueron más marcadas entre las mujeres, en especial en Brasil, Colombia y Perú, así como entre los jóvenes y los trabajadores poco calificados.
También fue grave la incidencia de la pandemia en el empleo informal, que en otras recesiones actuó como amortiguador.
Y en los países altamente dependientes del turismo, como los caribeños, la pandemia fue como un "paro cardíaco", dijo el FMI.
¿Otra década perdida?
Aspectos estructurales del mercado laboral latinoamericano, donde el 45% de los empleos se ubica en sectores de alto contacto social y el teletrabajo es posible en solo uno de cada cinco casos, exacerbaron el impacto económico.
"Estas dos características, combinadas con una contracción comercial y una turbulencia financiera causadas por la debilitada economía mundial, contribuyeron al colapso histórico de la actividad", explicó Alejandro Werner, director para las Américas del FMI, en el blog que acompaña la divulgación del informe.
El FMI prevé un rebote del 3.6% en 2021, con una "recuperación desigual" y "profundas cicatrices". Pero la propagación del virus persiste y la incertidumbre sobre su evolución también, con lo cual las previsiones económicas para la región están sesgadas a la baja.
"La mayoría de los países no volverán al PIB previo a la pandemia hasta 2023, y al ingreso per cápita hasta 2025, más tarde que en cualquier otra región", señaló Werner, que escribió el blog junto a Samuel Pienknagura y Jorge Roldós.
El informe señala -como ya había esbozado el FMI-, que esto "significa que Latinoamérica y el Caribe están ante la posibilidad de otra década perdida, como la de los años 1980".
Ya en abril Werner abía alertado sobre la posibilidad de que entre 2015 y 2025 la región no registrara crecimiento económico, como ocurrió hace 40 años por la crisis de la deuda externa.
Panorama incierto
El FMI destacó que los países de Latinoamérica y el Caribe anunciaron un apoyo fiscal equivalente a un 8% del PIB regional para mitigar el impacto de la pandemia.
"Estas medidas excepcionales son cruciales para apoyar la actividad económica a fin de evitar desaceleraciones económicas aún más fuertes y repercusiones sociales más severas", indicó el informe.
En Brasil, sin este plan de emergencia, la tasa de incidencia de la pobreza habría aumentado de aproximadamente 6.7% a 14.6%, remarcó.
Además de las medidas fiscales, el FMI señaló como positivas las leyes aprobadas en Chile y Perú para retirar fondos de pensión anticipadamente, y alabó el recorte de tasas de política monetaria en toda la región.
Ahora, la prioridad es frenar la propagación del virus y consolidar la recuperación económica, dijo el Fondo, y llamó a evitar retirar los paquetes de ayuda, aunque sin perder de vista la necesidad de reformas estructurales futuras que contemplen el acceso a la salud y la educación y preserven la inversión pública.
"Una recuperación más débil de lo esperado y una pandemia más persistente impondrán más decisiones difíciles para los gobiernos. Las cicatrices y el menor crecimiento potencial del PIB se suman a los desafíos políticos a corto plazo", advirtió en el blog.
Y concluyó que si bien las reformas estructurales pueden sentar las bases para un crecimiento más sostenibles e inclusivo, "los legados de la pandemia nublan un panorama ya incierto para la región".