“La región se encuentra ante un cambio de época que entraña procesos de transformación estructural inciertos, largos y complejos, que revolucionan la base tecnológica, la manera de producir, distribuir, habitar, consumir, acumular, pensar y convivir”, sostuvo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, durante la presentación del documento.
Ante este reto, el organismo regional propuso dar impulso para la sostenibilidad que articule políticas y coordine inversiones. Este impulso debe abarcar las tres dimensiones del desarrollo sostenible: la económica, la social y la ambiental, agregó Bárcena.
América Latina y el Caribe deben crecer a una tasa anual de por lo menos 4% y realizar una redistribución del ingreso –de hasta 3% del PIB anual- para eliminar la pobreza hacia el año 2030. Dicho crecimiento será posible solo si se supera la restricción externa al crecimiento mediante una competitividad auténtica basada en el desarrollo de capacidades humanas y tecnológicas nacionales, explicó la CEPAL en un comunicado.
El esfuerzo debe estar apoyado en la transición energética y la innovación y difusión de tecnologías ambientales para que el crecimiento se logre cumpliendo los compromisos de reducción de emisiones establecidos en el Acuerdo de París.
En la región, la CEPAL advierte que hay una doble asimetría ambiental: América Latina y el Caribe realiza un porcentaje pequeño de las emisiones mundiales, pero es muy afectada por sus impactos. Al mismo tiempo, los estratos más pobres de la población, que son los que menos contaminan, son los más golpeados. Por lo que la adaptación y la mitigación de los efectos del cambio climático son factores cruciales de la competitividad del futuro.
El estudio propone políticas con metas de mediano y largos plazo en áreas como: fiscalidad y financiamiento, internalización de las externalidades ambientales, desarrollo industrial, régimen de bienestar y protección social, integración regional y renovación del multilateralismo.
Asimismo, propone concentrar la atención en siete sectores: nueva matriz energética, electromovilidad urbana, revolución digital, industria manufacturera de la salud, bioeconomía, economía circular y turismo sostenible; los cuales pueden ser los motores del nuevo estilo de desarrollo en función de su papel estratégico en las emisiones, la inversión, la competitividad, el empleo y la salud.
Te invitamos a escuchar #CuéntameDeEconomía
“Este es un documento para la acción, realista y necesario, que responde a las necesidades urgentes de América Latina y el Caribe. Si se construyen las coaliciones y se alcanzan los pactos necesarios, la sociedad que el cambio de época reclama está más que nunca al alcance de todos. Responder a la encrucijada civilizatoria en la que se encuentra nuestra región es la tarea común y urgente”, afirmó Alicia Bárcena.
Por su parte, Mariana Mazzucato, directora del Instituto para la Innovación y el Propósito Público (IIPP) del University College London (UCL), señaló la necesidad de un nuevo contrato entre el Estado, las empresas y los ciudadanos, mucho más simbiótica y menos estática.
“Hay que deshacerse de la idea de que el Estado es solo para regular, necesitamos pensar fuera de lo establecido dentro de lo público y lo privado. Hay que traer a los ciudadanos a la mesa para poder pensar en conjunto”, sostuvo.