Se trata del mayor registro desde el 4.28% de mayo de 2019. Hasta septiembre, la tasa era de 4.01%.
Analistas esperaban una inflación del 4.07%, según un sondeo de Reuters.
"En general, dada la profunda recesión, la tímida respuesta fiscal y el nivel aun relativamente alto de las tasas nominales, el contexto de inflación no debería impedir que el banco central se relaje aún más", dijo Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs.
El próximo aviso de política monetaria está programado para el jueves. A finales de septiembre, Banco de México recortó la tasa clave por undécima ocasión consecutiva, destacando los retos derivados de la pandemia.
La aceleración estuvo asociada principalmente a incrementos en las tarifas de la electricidad, así como en los precios de algunos productos agrícolas, como el jitomate y la cebolla.
La inflación subyacente, considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina productos de alta volatilidad, registró una variación del 3.98%.
Sólo en octubre, la inflación subió un 0.61%, mientras que para el indicador subyacente tuvo un avance del 0.24%.
Con información de Reuters