En marzo, cuando la pandemia planteó preocupaciones sobre la necesidad de financiamiento en dólares en todo el mundo, la Fed estableció acuerdos de canje de 60,000 millones de dólares (mdd) con los bancos centrales de Australia, Brasil, Corea del Sur, México, Singapur y Suecia, y líneas de 30,000 millones de dólares con los bancos centrales de Dinamarca, Noruega y Nueva Zelanda.
La Fed también permitió que una lista aún más larga de bancos centrales obtuviera préstamos en dólares siempre que pudieran colocar bonos del Tesoro de Estados Unidos como garantía.
Las líneas de swap estuvieron entre las herramientas iniciales que la Fed implementó en marzo en medio de una serie de medidas de emergencia para combatir la pandemia.
A diferencia de algunos de sus programas de préstamos para empresas, que requerían la aprobación y el financiamiento del Departamento del Tesoro, las líneas de swap están bajo los poderes centrales de la Fed para mantener estables los mercados financieros.
Debido a que gran parte del comercio mundial y la deuda corporativa se realiza en la moneda estadounidense, el acceso a dólares es importante para evitar que las crisis temporales generen bancarrotas y lleven a países o regiones a la recesión.