“Los presidentes parecían gerentes (…) era una política facciosa de apoyar a una minoría. Ahora es distinto, por eso nuestra defensa de Pemex y de la CFE. Les extraña que nosotros estemos protegiendo a Pemex y CFE. Es nuestra función”, dijo el jefe de Estado al ser cuestionado sobre la política energética de México y la política energética de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, quien apuesta por el uso de energías limpias, como lo suscribe el TMEC.
En 2014, durante la primera mitad de la administración de Enrique Peña Nieto, los precios de los hidrocarburos y la producción petrolera en el mundo cayeron, lo que dio inicio a una menor recepción de ingresos petroleros, es decir, los que Pemex genera para la administración pública, explicó Arturo Carranza, analista del sector energético.
¿Ya nos escuchas?
Esta baja recepción de ingresos petroleros se enfatizó con una menor demanda de combustibles por el COVID-19 en 2020, refieren cifras de Hacienda. Y la tendencia es que se utilicen menos los combustibles fósiles, ante fuentes de energías renovables en el mundo, agregó Carranza.
Con la baja de los ingresos petroleros, llegaron descensos y recortes a los presupuestos de Pemex hasta 2018. A partir de 2019, primer año de la administración actual, el monto del presupuesto de la empresa comenzó a subir.
Para 2021 se aprobó un presupuesto de 544,598 mdp para Pemex, mientras los ingresos petroleros generados en enero-noviembre de 2020 sumaron 496,525 mdp, refieren datos de la SHCP.
Malas perspectivas
La empresa tiene perdidas constantes, y el gobierno ha estado inyectando capital en la empresa para que sus finanzas sean sostenibles, pero es posible que necesite más apoyo del gobierno en el futuro, explicó Charles Seville, analista de deuda soberana para México de Fitch Ratings.
Fitch estima que la perdida anual de Pemex no exceda el 1.5% del PIB, “no es un cambio importante para la calificación, pero sí es un riesgo potencial considerable”, dijo el analista soberano.