Desilusión
Mientras los gastos obligatorios crecen, los “salvavidas o colchones” con los que México ha amortiguado la caída de los ingresos tributarios y petroleros se desinflan.
“Estamos al borde de una crisis fiscal, la diferencia con 2020, es que ya no tenemos FEIP, este existe desde 2002, en 2009 hizo la diferencia. A finales de enero, Hacienda informa cuánto usaron de este Fondo el año pasado, la estimación de todos es que ya se acabó, se tuvo que usar para cerrar las cuentas”, comentó Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa.
En el FEIP, de acuerdo a nuestros cálculos queda 0.2% del PIB, a inicios de 2020 eran 7 puntos del PIB, “ya casi se agotó”, informa Ariane Ortiz-Bollin, VP-Senior Analyst de la agencia calificadora Moody’s Investors Service.
Otro “colchón” que se desinfla, es el de la llegada del remanente del Banco de México (Banxico).
“Dado que el peso cerró en 2020 en cerca de 20 pesos, y no tan distinto a como cerró 2019, es muy posible que este remanente no se materialice y que el gobierno no vaya a poder contar con este excedente”, explicó Ortiz-Bollin.
Por la depreciación del peso frente al dólar el año pasado, el gobierno de López Obrador estimaba recibir remanentes de operación del Banco de México por hasta 20,000 millones de dólares. Incluso el jefe del Ejecutivo planteó la posibilidad de recibir un adelanto de este remanente al gobernador de Banxico, Alejandro Díaz de León, pero esta fue negada en abril de 2020.
“No va a llegar el remanente que se esperaba, no va haber FEIP, y la situación económica se recrudece. Se volvió a semáforo rojo, económicamente va estar durísima la situación y eso también va a ser una diferencia en los ingresos del gobierno”, comentó Campos.
En tanto, Moody’s Investors Service refirió en un análisis la semana pasada que el presupuesto de México se basa en un pronóstico del PIB optimista de 4.6% en 2021 (estimado por Hacienda), mientras que su proyección es de 3.5%.
Esta perspectiva optimista sobrestima la llegada de los ingresos del gobierno, además de que el presupuesto también subestima el apoyo financiero que requerirá Pemex, para lo que se tendrán que hacer reasignación de recursos del sector público. Pero esto puede no ser suficiente para evitar un aumento de la deuda como porcentaje del PIB, advirtió la calificadora.