El Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene un 10 en materia de fiscalización a los contribuyentes mexicanos.
En año pasado, por cada peso que invirtió el SAT para la fiscalización, es decir; revisar, auditar y vigilar la congruencia en la contabilidad de los contribuyentes, recuperó 123.4 pesos, es decir el monto más alto del que se tiene registro, de acuerdo con el informe Tributario y de Gestión del SAT del último trimestre de 2020.
“Con la pandemia hay un descenso en la llegada de recursos públicos, los gobiernos están requiriendo fuentes de financiamiento, el cobro de impuestos es una de estas fuentes. En el caso de México hay una estrategia para mejorar la tributación desde el comienzo de la actual administración”, explicó Michel Jorratt, consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial.
El monto promedio por cada peso fiscalizado en 2020, es casi el doble del monto promedio en 2018 que fue de 54.8 pesos, lo que representa un crecimiento de 125%. De 2016 a 2018 el crecimiento fue de 25%.
Desde 2015, los actos de fiscalización, como las auditorias, comenzaron a focalizarse en combatir conductas como simulación de operaciones o emisión de facturas apócrifas con el objetivo de propiciar un mayor cumplimiento voluntario de los contribuyentes, indica información del SAT.
Llegada la actual administracióne esta estrategia se fortaleció al considerar como delitos los actos como la simulación y elusión fiscal. Y en 2020 el SAT implementó la denominada estrategia del ABC institucional: Aumentar la eficiencia recaudatoria, Bajar la evasión y elusión fiscal y combatir la corrupción.
También los actos de recaudación han bajado sus costos. A partir de 2016, un año después de arrancar el programa de digitalización y automatización para el cobro de impuestos, el costo de la recaudación comenzó a descender.
En 2016, por cada 100 pesos recaudados, el SAT invertía 0.57 pesos, en 2020 bajó a 0.42 pesos. En 2012, el primer año de la administración pasada a cargo de Enrique Peña Nieto este costo era de 0.99 pesos.
Las estrategias de fiscalización o de cobranza del SAT, sin necesidad de judicialización, generaron 385,800 millones de pesos (mdp); que representaron el 11.5% de todos los recursos que recaudó el SAT en 2020. Más del 54% de estos ingresos fue por fiscalización a grandes contribuyentes, incluyendo dos cobros a dos empresas por actos de judicialización, por presuntiva de defraudación fiscal, indica el SAT.
El incremento en la recaudación “refleja los acuerdos con grandes contribuyentes que se dieron durante el año mediante los que saldaron adeudos fiscales (…) No hay duda de que las acciones para prevenir la evasión y elusión fiscal son encomiables, sobre todo cuando están dirigidas a evitar ilícitos a futuro”, refiere un análisis económico del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
No obstante, el organismo refiere que en evidencia anecdótica abundante, el SAT ha actuado con intimidación utilizando implícitamente la relación entre el delito de defraudación fiscal y el de extinción de dominio -y prisión de oficio-, frente a presuntos deudores del fisco a fin de presionarlos a llegar a un arreglo conveniente para el fisco.
Información del SAT refiere que hay un total de 12,000 grandes contribuyentes, de los cuales, hasta agosto se habían revisado a 627.
