“El dato de nuevas inversiones de este primer trimestre es el más bajo para un primer trimestre desde 2013. La inversión privada en realidad se viene desacelerando desde 2017, por un tema de incertidumbre”, dice Iván Arias, director de estudios económicos de Citibanamex.
“La entrada del COVID-19 a nivel global que causó la ruptura de las cadenas globales de valor y que está causando la reconfiguración del sector manufacturero, justamente va a propiciar la modificación de la IED en México y el mundo”, señala por su parte José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Ambos especialistas destacaron la necesidad de una política industrial nacional que genere certeza y confianza para que nuevas empresas vuelvan a ver atractivo al país y, así, aumente no solo la IED, sino también la llegada de nuevos capitales y empresas de sectores ya consolidados –manufacturas y servicios- como en nuevos nichos como el eléctrico y electrónica.
“El problema es que el país no ha logrado generar nuevos diferenciales productivos que haga atractivo la llegada de nuevas inversiones. Lo que predomina es la reinversión de utilidades, las empresas establecidas en México desde hace varios años, reinvierten esos beneficios. Ya no toman riesgos adicionales”, apunta el director del IDIC.
De enero a marzo de este año, de los 11,864 mdd que llegaron a México de IED, el 59.2% (7,025 mdd) fueron por reinversión de utilidades, el 22.2% (2,629 mdd) de cuentas entre compañías y el 18.6% (2,209 mdd) de nuevas inversiones, según datos de Banxico.
“Desde hace al menos 15 años, México agotó la estrategia que había generado cierto crecimiento en IED: la privatización y la venta de ciertas empresas nacionales a extranjeras. Una vez que eso se ha agotado, los últimos grandes flujos de IED han estado vinculados a la venta de bancos, de cerveceras o de algunas otras empresas; o algunas inversiones muy particulares en el sector automotriz. No puede tener una tendencia porque depende de algunos proyectos que la hacen destacar, pero al ser proyectos muy particulares y temporales, el efecto termina y no permite dibujar una tendencia creciente”, señala José Luis de la Cruz.
Oportunidades
La pandemia provocó cambios en las cadenas de producción con una relocalización para hacerlas más cortas, algo que países como México buscan a provechar para atraer inversión extranjera directa (IED).
“La entrada del COVID-19 a nivel global que causó la ruptura de las cadenas globales de valor y que está causando la reconfiguración del sector manufacturero, justamente va a propiciar la modificación de la IED en México y el mundo”, dice el director del IDIC.
En 2017 México pasó del lugar 16 al 12 en el listado de países que más inversión extranjera directa reciben. Sin embargo, en 2019 descendió al sitio 14, de acuerdo con información de la Secretaría de Economía.
“Había planes de inversiones para el sector de hidrocarburos en particular, las cuales ante la nueva estrategia energética del gobierno se vieron frenadas como la cancelación de rondas de campos petroleros, más recientemente está el tema de las modificaciones a la ley de hidrocarburos y de la eléctrica”, dice el directivo de Citibanamex.
De enero a diciembre de 2020, la inversión extranjera directa por país que llegó a México predominó la de Estados Unidos (11,400 mdd), Canadá (4,220 mdd) y España (4,000 mdd). Mientras que de China solo llegaron 173 mdd, según cifras de DataMéxico.