El mercado proyectaba una tasa del 5.86% en el quinto mes del año.
“Las mayores presiones inflacionarias estuvieron concentradas en el componente subyacente, es decir, en la inflación medular sobre la cual la política monetaria es efectiva”, señaló Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Banco Base.
La inflación subyacente se ubicó en una tasa anual de 4.37% y una tasa mensual de 0.53%, la más elevada para un mes igual desde 1999, cuando se ubicó en 0.97%. Al interior se observaron incrementos en los precios de las mercancías (0.62% mensual y 5.76% anual), principalmente en las mercancías alimenticias (0.81% mensual y 5.49% anual), detalló Siller.
Los precios de materias no alimentarias y otros servicios continúan aumentando. “Ambos elementos sugieren la presencia de choques de oferta y presiones ligadas a la reapertura de la economía. Si estas no ceden pronto vendrán en camino revisiones al alza adicionales en las expectativas de inflación para el cierre del año”, anticipó Jessica Roldán Peña, economista en jefe de Finamex Casa de Bolsa.
Según los datos, menores tarifas eléctricas por subsidios de verano en el norte del país y una baja en los precios del gas doméstico ayudaron a ralentizar la inflación, que de acuerdo con autoridades debería continuar mostrando una tendencia a la baja para cerrar el año alrededor de un 4.8%.
Banco de México (Banxico), que tiene una meta permanente de inflación del 3% más/menos un punto porcentual, ha evitado mover la tasa clave en sus últimas dos reuniones de política monetaria, citando los altos niveles de los precios al consumidor.
Sólo en mayo, el índice general de precios registró un crecimiento del 0.20%, mientras que la inflación subyacente, considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina artículos de alta volatilidad, fue de un 0.53%.