A diferencia del gobierno federal, los estados tienen contratada el 100% de su deuda pública con instituciones financieras nacionales, a las que sí aplica el cambio en la tasa del banco central, además de que en promedio el 80% de los créditos contratados están a tasa variable, explicó en entrevista Tamón Takahashi, director general del centro de investigación AGV Analytics.
El Banco de México aumentó su tasa de interés de referencia el pasado 24 de junio contra todo pronóstico de la banca privada con el objetivo de incrementar el precio del dinero, reducir la demanda, y por ende, amortizar la escalada de precios en productos y servicios.
La tasa quedó en 4.25%, el ascenso fue de 25 puntos base. La inflación, en la primera quincena de junio, quedó en 6.02%, el doble de la meta de Banxico; 3% más o menos un punto porcentual.
Todos los costos de las deudas de los estados verían aumentos y sus finanzas públicas serían levemente ajustadas, los gobernadores que inician su gestión este año padecerán más esta alza, pues tendrán mayores necesidades administrativas para buscar créditos.
“Los gobiernos estatales que entran van a requerir de más recursos, van a requerir deuda de corto plazo como locos, en particular para el último trimestre, el crédito será un poco más caro”, advirtió Takahashi.
Los estados pueden emitir dos tipos de deuda, de corto y largo plazos, la primera puede utilizarse para el pago de gasto corriente como nóminas, gastos de operación, mientras la segunda puede utilizarse para conceptos de inversión.
Tienen mayor necesidad de crédito
“Las entidades tienen créditos quirografarios (corto plazo) con la banca comercial para pagar su nómina o financiamientos estructurados (largo plazo), es decir que algún banco comercial absorbe un porcentaje de la deuda de un estado o que financia cierto fideicomiso o cierto plan de gasto”, explicó Manuel Molano, economista en jefe del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Estos recursos dependen de la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE), por lo que si sube la tasa de referencia de Banxico sube la TIIE y eso puede encarecer el financiamiento de estados y municipios, detalló Molano.
Las necesidades de crédito se hacen más urgentes a raíz de menores ritmos en las transferencias financieras del gobierno federal: Cifras de Hacienda detallan que el pago de participaciones de enero a mayo de este año disminuyeron 1.4% real anual.
En todo 2020, las participaciones disminuyeron 7.2% real en comparación con 2019. En 2018 y 2019 se activaron recursos del Fondo de Estabilización de las Entidades Federativas (FEIEF) para compensar ingresos faltantes frente a lo programado.
“El mercado de deuda de los estados ha estado muy desangelado, creo que el tema tiene que ver con los superdelegados, y que las participaciones han estado muy restringidas. Si no hay participaciones o estas se restringen, y quieres tomar financiamiento estructurado en bolsa (a largo plazo) o reestructurar deuda, la solicitud se complica”, comentó Molano.
