“Esto nos impone la necesidad de actuar con respecto a Pemex. Queremos ser muy enfáticos, recalcar al mercado, a los analistas y al Congreso de que el Gobierno está en plena posición para seguir apoyando a Pemex”, afirmó Ramírez de la O.
De acuerdo con el funcionario, por ley el gobierno mexicano no puede garantizar la deuda de Pemex, por lo que se necesitaría una reforma constitucional para lograrlo, esto implicaría un giro de 180 grados que el titular de Hacienda considera innecesario al tomar en cuenta oportunidades a nivel micro como nuevos proyectos, además del capital político que se requiere para una reforma.
Esto implica, también por instrucción del Presidente, un esfuerzo para que Hacienda dé retroalimentación a Pemex en temas que son necesarios desarrollar y reordenar, explicó el funcionario.
"Poco a poco vamos a poder converger con Pemex y al mismo tiempo hay oportunidades a nivel micro", añadió.
La Secretaría trabaja en conjunto con la petrolera en proyectos donde se pueden obtener recursos adicionales para las finanzas públicas, “ahora estamos platicando sobre varios de estos proyectos, sin duda es una relación importante la que tenga la SHCP con Pemex”, comentó.
Presiones fiscales
En la primera mitad del sexenio, la secretaría de Hacienda ha dado apoyos financieros y fiscales a la empresa petrolera al reducir su carga fiscal. En febrero pasado, se transfirieron 32,062 millones de pesos (mdp) para amortizar la deuda de Pemex.
Este tipo de ayuda recurrente a Pemex se ha observado y se observa como una de las tres principales presiones fiscales para las finanzas públicas, además del pago creciente de pensiones y la elevada carga de interés de la deuda pública, explicó Renzo Merino, vicepresidente, analista senior de Moody’s Investors Service, al participar en la mesa Impacto de la pandemia en el perfil crediticio soberano y perspectivas para el resto del sexenio.
El especialista explicó que durante 2021 y 2022 el empuje de la economía de Estados Unidos compensará una dinámica doméstica poco favorable y una débil recuperación de la inversión privada. Destacó que en la continuidad del manejo fiscal y monetario, los factores institucionales seguirán afectando al perfil crediticio soberano.