"No creo que haya ningún argumento convincente para empezar con una subida de tasas de 50 puntos básicos", dijo el miércoles la presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester.
Un día después, los inversores consideran que la última lectura de la inflación en Estados Unidos cambia la situación -los precios de los hogares subieron un 7.5% en los 12 meses a enero- y agentes en el mercado consideran que las probabilidades de un alza de tasas tan grande el mes que viene son mucho mayores que cuando habló Mester.
Los responsables de la política monetaria de la Fed ya han señalado que empezarán a subir el tipo de interés de referencia del banco central desde casi cero en la reunión de marzo, apenas unos días después de que se detenga su racha de dos años de compra de miles de millones de bonos del Estado cada mes para mantener las condiciones financieras flexibles y estimular el endeudamiento durante la pandemia del COVID-19.
Según muchas medidas, ya llegaron tarde a la fiesta, ya que con la inflación en su nivel más alto de los últimos 40 años y un mercado laboral súper ajustado, la Fed recién se prepara para eliminar el apoyo monetario de la era de la crisis.
"Todo esto apoya lógicamente un movimiento de 50 puntos básicos en marzo", dijo Karim Basta, economista jefe de III Capital Management. "La pregunta más relevante sigue siendo si la Fed abandona su enfoque gradualista".
Para Mark Cabana, responsable de la estrategia de tasas de interés en Estados Unidos del Bank of America Global Research, el argumento se fortalece a medida que las apuestas del mercado sobre una alza mayor de las tasas en marzo siguen aumentando.
"La lógica para que lo hagan es convincente", dijo, señalando que si lo hicieran, la política monetaria de la Reserva Federal llegaría más rápido a donde debe estar de cara a la inflación, al tiempo que mantendría los costos de los préstamos todavía muy por debajo del nivel en el que frenarían el crecimiento económico.
"¿Van a decirle al mercado que está equivocado y que tiene que ir más despacio?", dijo Cabana. "Si el mercado le da la opción a la Fed, no creemos que la Fed le diga al mercado que está equivocado".
Su punto de vista contrasta con el de muchos economistas, incluidos los de su propio banco, que dicen que el banco central estadounidense está ahora atado a incrementos de un cuarto de punto porcentual para futuras subidas de tasas.
En lugar de empezar con un incremento mayor, dicen, la Fed simplemente acelerará el ritmo de subidas de tasas o empezará a reducir su balance antes de lo previsto.
Con una nueva lectura de la inflación y más datos sobre el empleo antes de la reunión de marzo, los analistas no saben si esa tendencia se mantendrá en caso de que las cifras sigan siendo más altas de lo esperado.
¿Atrapada?
La Fed no quiere asustar a los mercados financieros, que en los últimos años han necesitado un control diligente para evitar un endurecimiento brusco de las condiciones financieras y la repetición de episodios como la "taper tantrum" de 2013, que se consideró un error de comunicación.
Una subida de medio punto porcentual en marzo no perjudicaría a la economía, según los economistas, pero la señal que envía sobre la futura trayectoria de la política monetaria podría serlo, si los operadores comienzan a esperar subidas de tasas de tamaño similar en futuras reuniones.
"El mercado pasa de prever cinco (subidas de tasas de un cuarto de punto) a prever ocho, diez, y entonces se puede producir una agudización real de las condiciones financieras", dijo Aneta Markowska, economista jefe de finanzas de Jefferies.
"Están muy por detrás de la curva, y creo que tienen mucho que hacer para ponerse al día", añadió Markowska, "pero creo que tiene sentido moverse, no lentamente, pero no demasiado agresivamente".
Mantener las subidas de tasas en incrementos de 25 puntos básicos permite a la Fed adaptar mejor su política a los datos si la inflación se enfría por sí sola pronto, como dijo esta semana el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, que cree que esto es algo probable.
De hecho, los funcionarios de la Reserva Federal apuestan por que gran parte del repunte de la inflación disminuirá por sí solo en el segundo semestre de este año, a medida que las cadenas de suministro se desatasquen y el alivio de la pandemia de COVID-19 permita que más personas vuelvan a trabajar, haciendo que la necesidad de más subidas de tasas sea menos importante.
Además, el relativo endurecimiento de las condiciones financieras que se ha producido en unos pocos meses significa que la Reserva Federal tiene que ponerse menos al día, a pesar de la aparente desconexión entre el mantenimiento de su tasa de interés oficial cerca de cero y la inflación que se ha situado sobre el doble de su objetivo del 2%.
Una forma de cuantificar ese endurecimiento es la tasa "sombra" de Wu-Xia, que usa los rendimientos de los bonos y otros indicios del mercado para mostrar el grado de relajación de la política monetaria cuando el tipo de interés oficial se mantiene cerca de cero.
Después de la recesión desencadenada por la pandemia, las compras mensuales de 120.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas por parte de la Fed hicieron que esa tasa bajara hasta un menos 2%.
Desde noviembre, cuando el presidente de la Fed, Jerome Powell, empezó a señalar un final más rápido del programa de compra de bonos y un inicio más temprano de las subidas de tasas, el tipo ha subido unos 1.65 puntos porcentuales.
Eso hace que autoridades como el presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, argumenten que no hay mucha necesidad de que la Fed vaya a lo grande ahora, al menos para comenzar.
Narayana Kocherlakota, profesor de economía de la Universidad de Rochester, conocido por sus opiniones moderadas después de la recesión de 2007-2009, cuando era presidente de la Fed de Mineápolis, lo ve de otra manera. Incluso espera que haya disenso, tal vez del gobernador de la Fed, Christopher Waller, en caso de que el banco central no sea más agresivo en marzo.
"Creo que ir a 50 ahora también lo pone sobre la mesa en cada reunión en el futuro", dijo. Una inflación muy superior a la esperada, dijo, "merece una respuesta agresiva".