La reforma ya había sido aprobada por el Gobierno y el Parlamento suizos el 1 de octubre del año pasado, aunque opositores a ella, muchos de ellos provenientes de las secciones juveniles de los principales partidos nacionales, lograron reunir las firmas necesarias para someter esta iniciativa legal a referéndum.
El Gobierno suizo sostenía que la iniciativa, conocida popularmente en el país como "Ley Netflix", buscaba paliar la actual desigualdad del mercado audiovisual helvético, ya que las televisiones nacionales sí pagan la mencionada tasa del 4% mientras que las plataformas de streaming no lo hacían hasta ahora.
La reforma legal buscaba según las autoridades suizas "compensar las lagunas creadas durante la transición digital", tras la irrupción de servicios que hace una década no existían pero que actualmente son ampliamente utilizados en el país, donde mueven un volumen de negocios anual de unos 300 millones de francos suizos (287 millones de euros).
Tras el "sí" dado hoy por la población suiza, las plataformas audiovisuales podrán bien ayudar directamente al cine y televisión de Suiza, con patrocinios y producciones nacionales, o bien pagar un impuesto equivalente para que sea el Gobierno quien redirija esos fondos.
La reforma legal también afectará a cadenas extranjeras que emiten contenidos concretamente dirigidos a los telespectadores suizos, caso de las francesas TF1 o M6.
Los partidarios del "no" argumentaban que esta tasa repercutirá negativamente en los consumidores, ya que es posible que las plataformas reaccionen a ella aumentando el precio de los abonos, o retirando producciones no europeas de sus ofertas.
Con la victoria del sí, Suiza se une a otros países europeos que ya han dictado con anterioridad sus propias "tasas Netflix", algunos con porcentajes considerablemente mayores al 4% fijado hoy en Suiza, caso de Francia (26%) o Italia (20%).