"Si observamos los principales elementos del PIB del último trimestre (cuando la actividad se contrajo), mostraban solidez en términos de gastos de consumo", sostuvo. "El mercado del trabajo sigue sólido" y el crecimiento continúa, añadió la consejera, para quien la debilidad del primer trimestre se debió a exportaciones menguadas.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo en 1.5% en el primer trimestre a tasa anual.
En la comparación con el primer trimestre de 2021, el PIB registró una expansión de 3.5%.
"Hoy, los datos económicos parecen todavía relativamente sanos", afirmó de su lado Thomas Barkin, presidente de la filial de la Reserva Federal (Fed) de Richmond, en un discurso en esa ciudad.
Barkin también llamó a relativizar la situación actual al destacar que el desequilibrio entre oferta y demanda es producto de la reactivación tras la pandemia.
Según el dirigente, el regreso a la normalidad no pasará necesariamente por una recesión, aunque exista ese riesgo.
"No creo que una recesión sea inevitable", dijo el fin de semana la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a la cadena ABC. Yellen admitió que espera que "la economía se desacelere".
Se considera que una economía entra en recesión cuando se dan dos trimestres consecutivos de contracción del producto interno bruto.
Los sucesivos incrementos de tasas de interés por parte de la Reserva Federal hacen planear en Estados Unidos la hipótesis de un eventual frenazo de la economía.
"Prevemos una ligera recesión en los próximos meses, con una inflación persistente que forzará un ajuste más pronunciado de la política monetaria", sostuvo Gregory Daco, economista jefe de EY-Parthenon, en una nota publicada el martes.