"La clave para los bancos centrales es actuar con rapidez y decisión antes de que la inflación se arraigue", dijo Carstens como parte del reporte anual del organismo publicado el domingo.
El aumento de los precios de energéticos y alimentos ha generado la inflación más alta en décadas para muchos países, incluyendo México, donde la semana pasada se ubicó en 7.88% a tasa anual, lejos del objetivo permanente del Banxico de 3%.
Ante el fuerte incremento de los precios, el banco central mexicano elevó la tasa de interés de referencia 75 puntos base en un solo movimiento, por primera vez en su historia. La tasa actual en el país está en 7.75% y se esperan más alzas lo que resta del año.
Pero el remedio habitual de aumentar las tasas de interés requiere despertar el riesgo de recesión, e incluso de la temida "estanflación" al estilo de la década de 1970, donde el alza de los precios se combinó con un crecimiento económico bajo o negativo.
Carstens dijo que el énfasis era actuar en los "trimestres por venir". El BIS cree que todavía es posible un aterrizaje económico suave, donde las tasas suben sin desencadenar recesiones, pero reconoce que es una situación difícil.
"Mucho dependerá precisamente de cuán permanentes sean estos choques (inflacionarios)", dijo. "Si este ajuste genera pérdidas masivas, correcciones generalizadas de activos y eso contamina el consumo, la inversión y el empleo, por supuesto, ese es un escenario más difícil".
Los mercados mundiales ya sufren una de las mayores liquidaciones en la historia reciente a medida que bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos y a partir del próximo mes el Banco Central Europeo, se alejan de las tasas históricamente bajas y de casi 15 años de medidas de estímulo continuas.
Carstens agregó que las advertencias recientes del propio BIS sobre los precios de los activos elevados significaban que la corrección actual "no era necesariamente una completa sorpresa". El hecho de que no haya habido "turbulencias graves en el mercado" hasta ahora también es tranquilizador, agregó.
Parte de un informe del BIS publicado la semana pasada decía que las recientes implosiones en los mercados de criptomonedas eran indicio de que los peligros del dinero digital descentralizado, sobre los que se había advertido durante mucho tiempo, ahora se estaban materializando.
No se espera que esos colapsos causen una crisis sistémica en la forma en que los préstamos incobrables desencadenaron la debacle financiera mundial. Pero Carstens enfatizó que las pérdidas serían considerables y que la naturaleza opaca del criptouniverso alimentaba la incertidumbre.
El mexicano reconoció que aunque muchos bancos centrales mundiales y el propio BIS habían subestimado significativamente la rapidez con la que la inflación mundial se ha disparado en los últimos seis a 12 meses, no estaban dispuestos a perder la credibilidad ganada con tanto esfuerzo de la noche a la mañana.
"Sí, aquí se puede discutir un poco sobre un error de sincronización de ciertas acciones y las respuestas de los bancos centrales. Pero, en general, creo que los bancos centrales han respondido con fuerza de una manera muy ágil", dijo Carstens. "Mi percepción es que los bancos centrales prevalecerán al final del día, y eso sería bueno para su credibilidad”.