Casi en el mismo periodo de duración de la pandemia de covid-19, la desigualdad se ha disparado en el mundo. Pues mientras, por un lado, las fortunas de los multimillonarios crecen 2,700 millones de dólares por día, por otro lado, la inflación sobrepasó el aumento salarial de 1,700 millones de trabajadores en el mundo.
Las empresas de alimentos y energía han más que duplicado sus ganancias en 2022, pagando más de 257,000 millones de dólares a sus más acaudalados accionistas, mientras más de 800 millones de personas se fueron a dormir con hambre, señala Oxfam.
Y, pese a las enormes ganancias experimentadas por los más ricos del mundo, solo 4 centavos de cada dólar pagado en impuestos provinieron de impuestos dirigidos a la riqueza. Lo cual podría explicarse por el hecho de que la mitad de los billonarios del mundo viven en países donde no existe un impuesto a la herencia de dinero que ellos dan a sus hijos.
La velocidad a la que los más ricos del mundo acumulan riqueza es significativa. Por ejemplo, entre 2020 y 2021, el 1% más rico de la población ganó alrededor del 63% de la nueva riqueza creada en todo el mundo. Mientras el 90% más pobre de la población se tuvo que conformar con apenas el 10% de esa nueva riqueza.
Especulación de ganancias impulsan la inflación
De acuerdo con Oxfam, la especulación de las ganancias corporativas, principalmente de empresas energéticas y de alimentos, están impulsando al menos 50% de la inflación en Australia, Estados Unidos y Europa, encareciendo el costo de vida de sus poblaciones.
Más impuestos a los ricos, más equidad
Por estas razones, Oxfam afirma que un impuesto de hasta 5% a los multimillonarios del mundo podría recaudar 1.7 billones (trillion dollar) de dólares al año, suficiente para sacar a 2,000 millones de personas de la pobreza y financiar un plan global para acabar con el hambre.
Además, plantea dos escenarios para el futuro. En uno, donde los billonarios siguen pagando bajos impuestos a la riqueza, como hasta ahora. Y otro donde se aplican impuestos a la riqueza más generalizados, como lo propone la ONG.
En el primero, el resultado es que, para 2030, la masa de fortuna de los billonarios se disparará y casi se triplicará. Mientras, en el segundo escenario, donde ellos pagan más impuestos, la riqueza de los billonarios se reduce a niveles de hace una década.
Y es que no siempre ha sido como ahora, en la década de los años 80, las tasas impositivas a la riqueza eran de casi el 60% en lugares como Asia y los países de la OCDE, y de poco más del 50% en los países de América Latina. Esas tasas fueron bajando paulatinamente y han caído hasta cerca del 40% en los países ricos, mientras en América Latina son en promedio del 31%. Lo cual es una causa de la mayor desigualdad en Latinoamérica.