La situación se acentúa entre la población femenina. del total de las mujeres desocupadas, el 62% tiene niveles de estudios medio superior y superior, el índice en los hombres es de 51%.
Del total de la población subocupada, es decir, aquella que puede trabajar más tiempo, pero que por razones ajenas no puede hacerlo, los que llegaron a estudiar más allá del bachillerato representan el 34%, es decir, 1.5 millones. En mujeres el porcentaje es de 37% y en hombres el 33%.
Testimonios
“En el sector público, funciona mucho entrar por contactos, no amiguismo, que seguramente también pasa”, comenta un exfuncionario federal con estudios de posgrado en México y el extranjero que pidió el anonimato.
“En mi caso, fue un profesor de la universidad quien me recomendó para trabajar con su exjefe en una secretaría de gobierno. Ya de ahí, conoces a personas, amplías tus redes, te recomiendan por tu desempeño, buscas proyectos, les escribes a personas con quienes quieres trabajar; así conseguí varios empleos”, explica.
Tras varios meses de buscar trabajo, pero ahora en la iniciativa privada, con dos posgrados y amplia experiencia en el sector público, el exfuncionario dice que distintos profesionistas le advirtieron que no sería sencillo encontrar una plaza.
“No es inmediato, incluso con formación académica sólida, porque los puestos a los que aspiras son más escasos conforme vas subiendo”, agrega. Encontrar empleo depende mucho de cómo te vendes, las competencias organizacionales, la iniciativa propia o el liderazgo.
“Es cierto que mientras más preparado estés y tengas más experiencia, será más complicado. Una figura directiva no va a encontrar un empleo en dos meses o tres”, señala Salvador De Antuñano, director de Recursos Humanos de Adecco.
El estudio ‘Escasez de oportunidades para los jóvenes’, de ManpowerGroup, detalla que las personas con posgrado tienen el segundo nivel de dificultad para encontrar trabajo por nivel de escolaridad: 79%, solo por debajo de quienes estudiaron una licenciatura: 83%.
“Después del doctorado, es más difícil encontrar un empleo acorde a lo que estudiaste. En el caso de los psicólogos con maestría o doctorado, no hay plazas en el sector público. Hay de psicólogo, pero no como psicólogo especialista. Si hay una plaza libre, te pueden mandar a donde quieran. Es lo que hay”, cuenta Avril Nuche, licenciada en Psicología y doctora en Neurociencias del Comportamiento.
La especialista, de 39 años de edad, trabaja como neuropsicóloga en su consultorio privado. Evaluó opciones para emplearse, pero en todas, su posgrado no le era redituable. “En el ámbito académico, con licenciatura ofrecían 115 pesos la hora de clase, con maestría o doctorado subía a la magnífica cantidad de 140 pesos. Para conseguir plaza de investigador, que es mucho más difícil, son muchos años de mérito, de conocer y hacer trabajo a los investigadores”, cuenta Nuche.
La especialista explica que en el sector privado su especialidad le brinda confianza a los pacientes, hace que la busquen y paguen lo justo por su trabajo, preparación y experiencia.
No hay talento
Y, frente a las dificultades de jóvenes preparados para encontrar empleo, las empresas se quejan por la falta de talento. En México, el 74% de las compañías tiene problemas para encontrar personal. “No hay una paridad entre lo que las empresas están demandando y lo que las personas están estudiando”, detalla Tania Arita, gerente regional de Talent Solutions de ManpowerGroup.
La pandemia reconfiguró las habilidades bajo demanda. Surgieron las necesidades de expertos en ciberseguridad, analistas de datos, desarrolladores de software y aplicaciones, y de nuevos roles como rastreadores de contactos, monitores de distancia y verificadores de temperatura, mientras que disminuyeron las oportunidades en los sectores de la aviación, la hospitalidad y el entretenimiento, refiere la encuesta de Expectativas de Empleo, de ManpowerGroup.
“Cuando yo estudié, te decían que en la aviación, en el sector aeronáutico, había grandes oportunidades. Era el boom del sector, [pero] las cosas cambiaron muy rápido”, señala Raymundo Argueta, técnico en Sistemas Electrónicos de Aviación por el Conalep. Arita dice que los estudios van caducando, se vuelven obsoletos después de cinco años.
Para 2030 no se sabrá el perfil para 34% de las nuevas vacantes. Argueta trabajaba para una línea aérea de carga, pero renunció a pesar de la pandemia y con dos años de desempeñarse en la misma posición. A la fecha, no ha encontrado empleo.
“Las personas de sectores afectados tendrán que recapacitarse para ser empleables en las áreas que tuvieron crecimiento: medicina, salud, IP, alimentos procesados, que generó nicho de mercado nuevo”, detalla la gerente de ManpowerGroup.
Salvador De Antuñano explica que, adicional a la pandemia, también se produjeron recortes de personal con la entrada en vigor de la regulación del outsourcing.
“El gobierno pensaba que los trabajadores tendrían mejores condiciones, pero no todas las empresas recontrataron o adhirieron a todos a sus plantillas. Yo te diría que todos, en todos los niveles, fuimos golpeados; desde directivos hasta mensajeros”, señala.
El mundo laboral no para de cambiar. Las habilidades que estaban de moda en 2019, antes de la llegada de la pandemia, ahora podrían ser obsoletas. Y el cambio es rápido, incluso las habilidades más demandadas en la fase inicial de la crisis son diferentes a las que surgen ahora... y a las que se esperan en el futuro.