Los últimos días el tema de los alimentos genéticamente modificados, en particular, el maíz, ha acaparado la agenda entre México, Estados Unidos y Canadá, en el marco de su acuerdo comercial T-MEC.
El fondo es que el gobierno mexicano está en contra de la importación de maíz genéticamente modificado para consumo humano.
Sus socios del T-MEC; Estados Unidos y Canadá no están del todo de acuerdo ya que presentaron solicitudes para la realización de consultas, como parte del capítulo 31 de solución de controversias dentro del tratado, para llegar a un acuerdo sobre la compra-venta de maíz transgénico. Cabe destacar que EU es el principal país proveedor de maíz importado, amarillo y blanco, para México.
Un transgénico u organismo genéticamente modificado (OGM) es un ser vivo creado artificialmente a través de la inversión de genes de virus, bacterias, vegetales, animales o de humanos a una planta o a un animal, explica Greenpeace.
A través de la ingeniería genética es posible insertar ciertos rasgos de una especie, animal o vegetal, a otra.
En el caso de la agricultura, lo que se busca es controlar la producción de alimentos, para lograr una mayor producción y, por ende, mayores ganancias; además de alimentos más nutritivos, resistentes a sequía, plagas y que crezcan más rápido. Asimismo, estos alimentos requieren menos agua, fertilizantes y pesticidas, de acuerdo con la mesa de debate organismos genéticamente modificados, que elaboró el Senado de la República en 2015.
Entre los peligros de los transgénicos, señala el documento del Senado, se encuentra un aumento a la resistencia de los antibióticos, y la posibilidad de que se produzcan nuevas toxinas, las cuales pueden provocar nuevas alergias en los consumidores.
México importa maíz amarillo -alimento para ganado- principalmente de Estados Unidos, así como de Argentina y Brasil.
El gobierno mexicano ha aclarado que la prohibición abarca solo al maíz para consumo humano, masa y tortilla.
Antes de la solicitud de consultas, el gobierno de Estados Unidos pidió a México argumentos científicos para sustentar la prohibición a la importación de maíz transgénico.
La titular de Economía, Raquel Buenrostro, se reunió con legisladores estadounidenses y sostuvo que todo “se hará con bases científicas”.
Además, en una reunión virtual con la representante comercial de EU, Katherine Tai, la secretaria Buenrostro sostuvo que el decreto del gobierno mexicano sobre la importación de maíz “no tiene un impacto comercial, ya que México produce mucho maíz del que requiere para la masa y la tortilla, mientras que el maíz que se importa de Estados Unidos, ya sea blanco o amarillo, es complementario y se destina a la industria y a la alimentación de animales”.
En su cuenta de Twitter, la SE destacó que México es centro de origen de 64 razas de maíz, de las cuales 19 son endémicas, por lo que se busca aumentar la producción del campo mexicano utilizando maíces nativos.
