"Por esta razón, en el FMI estamos trabajando en el concepto de una plataforma mundial de CBDC", añadió.
El FMI quiere que los bancos centrales acuerden un marco regulador común para las monedas digitales que permita la interoperabilidad mundial. La falta de acuerdo sobre una plataforma común crearía un vacío que probablemente llenarían las criptomonedas, dijo.
Una CBDC es una moneda digital controlada por el banco central, mientras que las criptomonedas están casi siempre descentralizadas.
Ya hay 114 bancos centrales que se encuentran en alguna fase de exploración de CBDC, "con unos 10 que ya han cruzado la línea de meta", dijo.
"Si los países desarrollan CBDC sólo para su implantación nacional, estamos infrautilizando su capacidad", añadió.
Las CBDC también podrían ayudar a promover la inclusión financiera y abaratar las remesas, dijo, señalando que el costo medio de las transferencias de dinero se sitúa en el 6.3%, lo que supone 44,000 millones de dólares anuales.
Georgieva subrayó que las CBDC deben estar respaldadas por activos y añadió que las criptomonedas son una oportunidad de inversión cuando están respaldadas por activos, pero cuando no lo están son una "inversión especulativa".