“Rusia se estaba desmoronando regionalmente, institucionalmente y económicamente. Y son las políticas económicas que primero va a llevar a cabo el primer ministro Primakov en 1999 y luego con la llegada de Putin en 2000 como presidente van a empezar a hacer toda una restauración vertical del poder”, dice Porras Musalem.
Los primeros gobiernos de Putin (200-2008) significaron el regreso a Rusia de un control estatal fuerte. Hubo un saneamiento de las instituciones estatales y una gran inversión en industria claves, como la industria energética, pero también una diversificación de la economía.
“Aunque los oligarcas cambian de nombre y de forma, y van a seguir existiendo en la Rusia de los años de Putin, van a estar subordinados al poder político”, explicó Porras Musalem.
Estas decisiones trajeron a Rusia una recuperación económica durante la primera década del siglo XXI. Sin embargo, esto vino acompañado con una disminución de las libertades.
“Rusia regresa a ser una potencia mundial y primera productora y exportadora, no solamente de energéticos, sino de muchos otros productos, está entre los primeros cinco lugares”, dice la economista.
Por ejemplo, Rusia es uno de los principales productores de oro, los diamantes —sector que acaba de ser sancionado— níquel y aluminio, materiales que son claves para muchos procesos industriales y para la fabricación de semiconductores.