En este sentido se necesitan acciones como reestructurar la empresa, más que la deuda, y que la empresa tendrá que darlo a conocer eventualmente para los inversionistas, consideró el economista.
Explicó que los inversionistas normalmente invierte en bonos de grado de inversión y no grado de inversión, por lo que cuando una empresa pierde este estatus dejan de invertir, pero que en este caso no ocurrió en la última revisión que hizo Fitch Ratings a la petrolera “casi no importa si es B o BB, no cambió mucho la perspectiva por el cambio de Fitch, pero sí cambió cuando las agencias calificadoras quitaron el grado de inversión”, comentó.
El pasado viernes 14 de julio, Fitch Ratings redujo la calificación de incumplimiento de largo plazo de la petrolera a B+ desde BB-. Fitch ya había llevado la calificación de la estatal a rango de no inversión o especulativo desde abril de 2020, cuando durante los inicios de la pandemia de coronavirus la compañía decidió no modificar sus planes pese a los cambios del mercado.
Durante toda la actual administración el gobierno federal ha dado respaldo financiero a Pemex a través del pago de amortizaciones de deuda y con apoyos fiscales.
“El gobierno va a darle apoyo a Pemex porque todos en el gobierno, e inclusive en la parte política, les queda claro que tener un problema de deuda en Pemex se convierte en un problema de deuda para el país, y nadie quiere llegar a ese punto, es indiscutible y va a seguir pasando”, comentó Casillas.
Sostuvo que las finanzas públicas se encuentran fuertes para ayudar a Pemex, pues en comparación con hace 10 años, estas tenían una mayor dependencia de los ingresos petroleros, al contribuir en promedio con el 40% de los ingresos totales del sector público, no obstante en la actualidad tienen un menor peso, con aproximadamente el 17%.
Destacó que las acciones del gobierno federal encaminadas en la fiscalización y pago de impuestos de las grandes empresas, ha sido una de las acciones más importantes para mantener a las finanzas públicas fuertes, por igual el manejo de la deuda pública al no subir como proporción al PIB durante la actual administración.