La decisión sobre las tasas será anunciada en un comunicado, al que seguirá la actualización de las previsiones económicas para el PIB, inflación y empleo, para terminar con una conferencia de prensa del presidente del banco, Jerome Powell, media hora más tarde.
El consenso entre los actores del mercado es que la Fed mantendrá sus tasas en un rango de 5.25%-5.50% luego de 11 alzas sucesivas con las que la entidad buscó contener la inflación.
Subir las tasas significa encarecer el crédito y desalentar el consumo y la inversión, que presionan los precios al alza.
En agosto, la inflación repuntó por segundo mes consecutivo para ubicarse en 3.7% en 12 meses, según el IPC publicado el miércoles de la semana pasada.
En materia de empleo, un mercado muy observado por la Fed, la situación parece equilibrarse luego de dos años de escasez de mano de obra. La tasa de desempleo salió del mínimo histórico y se ubicó en 3.8% en agosto, gracias a nuevos trabajadores en el mercado.
Además, el consumo, motor de la economía, muestra algunas señales de debilidad, con gastos "modestos" en el verano boreal, según el "Libro Beige", una encuesta que realiza la Fed.
Las familias estadounidenses están extinguiendo sus ahorros acumulados durante la pandemia y por lo tanto se apoyan "más en el crédito para financiar sus gastos", según la Fed.
El crédito cuesta más caro y eso lleva a diferir algunas compras o sencillamente descartarlas.
Además, en octubre millones de estadounidenses volverán a reembolsar sus créditos estudiantiles luego de dos años y medio de pausa por el covid, lo cual previsiblemente reducirá su poder de compra.