El Banco del Bienestar
Fue en julio de 2019, casi un año después de la elección, cuando se publicó un decreto oficial para que el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) dejara de operar y en su lugar se transformara en Banco del Bienestar.
"El Banco del Bienestar (...) realizará funciones de banca social, para lo cual tendrá por objeto promover y facilitar el ahorro, el acceso al financiamiento en condiciones equitativas, la inclusión financiera, y el uso y fomento de la innovación tecnológica”, se leía en el decreto.
El presidente buscaba que con este cambio, los programas sociales se dispersaran mediante la institución y se dejaran de usar a bancos comerciales como BBVA, Banco Azteca o Banorte.
El plan del presidente fue construir 2,700 sucursales en el país, especialmente en las comunidades alejadas. La labor del Banco del Bienestar fue polémica en los primeros meses de su operación debido a que muchas de las sucursales no se fueron a estas comunidades alejadas sino que se quedaron en entidades como CDMX, donde ya existe una robusta presencia de sucursales.
Además, la institución financiera registró en 2022 un elevado nivel de morosidad, por lo que dejó de dar financiamiento y todos los esfuerzos se dirigieron a la dispersión de programas sociales.
Financiera del Bienestar, antes Telecomm
Mientras que la construcción del Banco del Bienestar se implementaba, otro decreto presidencial estableció que este año las remesas desde Estados Unidos se dejarían de mandar por el Banco del Bienestar para hacerlo mediante Financiera del Bienestar, antes conocida como Telecomm Telégrafos.
Para que las remesas llegaran a México, se hizo una alianza con la empresa Broxel para reducir los costos en comisiones.
El objetivo de esta nueva institución, que cuenta con una red aproximada de 1,700 sucursales en el país, fue cobrar el dinero que se prestó en las Tandas del Bienestar, durante la pandemia así como brindar nuevos créditos.
La extinción de Financiera Rural de Desarrollo
En mayo de este año, el gobierno decidió la extinción de Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario. El fin de esta institución obedeció, de acuerdo con el gobierno federal, a que el principal objetivo de impulsar el campo mexicano ya no se estaba cumpliendo ante elevados niveles de morosidad.
El gobierno apuntó que Financiera Nacional de Desarrollo había incrementado la morosidad de su cartera hasta 26.2% al cierre de 2022 cuando en años previos era de 13%.