"A pesar de nuestros esfuerzos, no logramos ponernos de acuerdo sobre algunos textos de gran importancia para muchos de nuestros miembros", declaró el ministro de Comercio Exterior de los Emiratos Árabes Unidos, Thani Al Zeyoudi, en la rueda de prensa final.
La directora general del organismo, Ngozi Okonjo-Iweala, destacó que la reunión tuvo lugar "contra un trasfondo internacional marcado por la mayor incertidumbre de cualquier tiempo que se recuerde".
"Hemos trabajado duro esta semana, hemos conseguido algunas cosas importantes y no logramos completar otras", afirmó la economista nigeriana, quien insistió en que "el vaso estaba medio lleno".
La OMC, el único organismo internacional que dirime las reglas del comercio entre países, funciona por consensos, con lo que es necesario el acuerdo de todos los miembros para sellar acuerdos.
"La belleza de la OMC radica en el hecho que cada miembro dispone de un voto igual, pero esto tiene también un coste", señaló Okonjo-Iweala.
El organismo ya venía desestabilizado desde finales de 2019 por la parálisis de un mecanismo que permitía resolver diferencias entre sus miembros, bloqueado por Estados Unidos.
Pero existían esperanzas de repetir el éxito de la reunión de 2022, que culminó con un acuerdo sobre pesca y para restablecer un sistema de resolución de disputas para finales de año, ahora enterrado.
"La OMC necesitaba una buena crisis y puede que esta nos haga tomar conciencia de que no podemos continuar así", dijo un alto responsable europeo partícipe de la reunión.
Acuerdo sobre el comercio electrónico
Después de cinco días de reuniones, las negociaciones sobre agricultura y subvenciones a la pesca cayeron en saco roto y solo se logró un acuerdo de último minuto sobre comercio electrónico.
"Aunque se haya salvado el comercio electrónico, podemos hablar de una crisis en la OMC", señaló una fuente cercana a las discusiones.
Las negociaciones sobre agricultura se toparon con las reivindicaciones de India, un actor muy influyente en cada una de las reuniones ministeriales.
El acuerdo se perfilaba complejo dadas las protestas de los agricultores en la misma India y en varios países de la Unión Europea, como España y Francia.
En 2015, la OMC ya tomó la histórica decisión de eliminar los subsidios a la exportación de productos agrícolas, pero numerosos miembros pedían abordar las medidas domésticas que distorsionan el comercio.