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Lo bueno y lo malo de la austeridad republicana que promete Sheinbaum

Gane quien gane, el reto está en analizar el presupuesto público para que se gaste en conceptos redituables para la economía, además de generar más ingresos considerando una reforma tributaria.
mié 06 marzo 2024 07:14 AM
Lo bueno y lo malo de la austeridad republicana que promete Claudia Sheinbaum
"Vamos a mantener la austeridad republicana, la disciplina financiera y fiscal. No regresarán los lujos ni privilegios, no habrá avión presidencial, no habrá estado mayor", dijo Claudia Sheinbaum en su discurso de arranque de campaña, el pasado 1 de marzo en el zócalo capitalino.

De llegar a la presidencia de México, la candidata por Morena, Claudia Sheinbaum, promete continuar con la austeridad republicana que implementó la administración de Andrés Manuel López Obrador, y que ha dejado más afectaciones que beneficios.

Sin embargo, especialistas ven difícil este plan sin una reforma hacendaria.

Una política de austeridad en el uso del dinero que llega al erario público por impuestos, derechos, venta y exportación de petróleo, es redituable cuando se revisan gastos onerosos, se recortan y se destinan para brindar servicios públicos a la ciudadanía, o se convierte en inversión para infraestructura como carreteras, aeropuertos, autopistas, hospitales, escuelas, la cual detona la actividad económica y atrae la inversión privada, explicó Christopher Cernichiaro, investigador posdoctoral de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

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No obstante, la práctica que ha predominado en la actual administración es hacer ajustes a los presupuestos de las instituciones públicas sobre la marcha, en función de las prioridades (programas y obras) del gobierno, y de la necesidad de cubrir gastos obligatorios como la deuda y las pensiones.

¿Qué es la austeridad republicana?

México cuenta con la Ley de Austeridad Republicana desde el 19 de noviembre de 2019, el primer año de la presidencia a cargo de Andrés Manuel López Obrador. Tiene por objetivo disminuir gastos en el presupuesto público a través de la "eficacia, eficiencia, economía, transparencia y honradez", y aplica a todos los gastos de la administración pública.

Su antecedente más inmediato es el Decreto que establece las medidas para el uso eficiente, transparente y eficaz de los recursos públicos, publicado el 10 de diciembre de 2012 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), recién llegado Enrique Peña Nieto al poder federal.

La aplicación de estas medidas de austeridad no es nueva, pues desde la década de los 80 se habla de la reducción del gasto público y de la menor participación del estado en la economía, refiere un estudio del Centro de Investigación Económica y Presupuestario (CIEP).

El pasado 1 de marzo, al arranque de su campaña política para la Presidencia, Sheinbaum prometió “mantener la austeridad republicana, la disciplina financiera y fiscal” .

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¿Qué resultados ha dado la austeridad republicana?

Lejos de reducir el gasto público, este ha aumentado 20.5% en términos reales de 2018 a 2024, mientras que los ingresos aumentaron 14.4%, y los ingresos por deuda aumentaron 158.5%, refiere el CIEP, al comparar la Cuenta Pública 2018 frente a la ley de ingresos y presupuesto público 2024.

Los ramos que presentan los mayores recortes de 2018 a 2024 son la Comisión Reguladora de Energía (CRE), con una reducción de 81.4%; la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), de 80.9%; Economía, de 71.2%; el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), de 42%; Salud, de 41.4%, y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), con una disminución de 33.7%.

En contraparte, los rubros que más han sido beneficiados son Energía, con un incremento de 2,097%; Trabajo y Previsión Social, con 370.6%; Bienestar, con 302.9%; Defensa Nacional, con 139.1%, y Marina, con aumento de 50.7%, en sus presupuestos.

Lo que se ha visto son reasignaciones a los gastos, es decir, se quitan recursos de un rubro para destinarlos a otros; por ejemplo, como parte de esta política de austeridad, se exterminaron fideicomisos y el dinero de estos se fue para programas sociales, lo que no meramente es redituable para la economía, explicó Edson Valdés Iglesias, profesor investigador de la Universidad Veracruzana, en materia de Economía y Finanzas Públicas.

“No va a tener la misma repercusión, en una economía, transferir recursos para programas, en vez de carreteras para mover mercancías, abaratar costos, aportar a que más mercancías se muevan, invertir para corregir problemas de seguridad”, comentó el académico.

¿La austeridad republicana aguanta un sexenio más?

Gane quien gane, la siguiente administración federal tendrá que enfrentar no sólo el problema de la falta de recursos públicos para atender las responsabilidades de gasto heredadas, también observará debilidad institucional y pérdida de capacidades ocasionadas, en parte, por las políticas de austeridad selectiva del gasto de la administración saliente, advierte el CIEP.

Ante ello, el planteamiento de una reforma hacendaria será impostergable, coinciden los especialistas consultados por Expansión.

El académico de la UAM detalló que así como es importante revisar la calidad del gasto, es necesario aumentar la capacidad de generar ingresos por parte de la administración pública, aplicando el marco legal que se tiene ahora. Este esfuerzo vendría más por los gobiernos locales para cobrar, por ejemplo, el predial. Además de concentrar acciones para cobrar impuestos a quienes operan en la informalidad.

Al respecto, Sheinbaum refirió en su discurso de arranque de campaña que se continuará el combate a la evasión fiscal, y que no habrá condonación de impuestos a grandes contribuyentes.

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