"Parece que vamos camino de un aterrizaje suave", dijo Agustín Carstens, director general del Banco de Pagos Internacionales, en un discurso en Fráncfort. "El descenso de la inflación ha tenido un costo notablemente reducido para la economía real".
Entre los mayores bancos centrales del mundo, el Banco Central Europeo podría ser el primero en tomar medidas en junio, seguido pronto por la Reserva Federal (Fed) estadounidense en junio o julio, y el Banco de Inglaterra quizá en agosto, según las expectativas actuales del mercado.
Sin embargo, algunos indicadores recientes sobre la inflación subyacente a ambos lados del Atlántico han hecho temer que el crecimiento de los precios sea más persistente de lo que sugieren algunas de las expectativas más benignas existentes.
"Sin embargo, un aterrizaje suave no está garantizado. El trabajo de los bancos centrales no ha terminado. Aunque la inflación es más baja, sigue estando por encima de los objetivos de los bancos centrales. Y seguramente habrá más baches en el camino", dijo Carstens.
También advirtió de que una serie de factores, como la desglobalización, la fragmentación económica, las tendencias demográficas adversas y la necesidad de luchar contra el cambio climático, mantendrán los precios bajo presión a medio plazo, lo que exigirá que los bancos centrales cumplan sus promesas de frenar la inflación.