La economía creció a un ritmo del 1.4% en el primer trimestre. Los economistas consultados por Reuters esperaban que el PIB se situaría, sin revisión, en el 2.8%.
El gasto de los consumidores, que representa más de dos tercios de la economía, aumentó a un ritmo revisado al alza del 2.9%. Anteriormente se había anunciado un crecimiento del 2.3%. Ello compensó los descensos de la inversión empresarial, las exportaciones y la inversión en existencias privadas.
El gasto se ve respaldado en parte por los aumentos salariales, pero el impulso se está ralentizando a medida que el mercado laboral pierde velocidad. La renta personal aumentó en 233,600 millones de dólares en el segundo trimestre, una revisión a la baja de 4,000 millones respecto a la estimación anterior.
Los beneficios empresariales, incluidos los ajustes por valoración de existencias y consumo de capital, aumentaron en 57,600 millones de dólares, tras disminuir en 47,100 millones en el primer trimestre.
Los beneficios de las empresas financieras nacionales aumentaron en 46,400 millones de dólares, mientras que los de las instituciones no financieras subieron 29,200 millones, compensando con creces el descenso de 18,000 millones en los beneficios del resto del mundo.
Desde el punto de vista de los ingresos, la economía creció a un ritmo del 1.3% el pasado trimestre. La renta interior bruta (RIB) aumentó a un ritmo similar en enero-marzo.