El nearshoring se ha presentado como una oportunidad para impulsar la economía mexicana, pero su impacto real aún está por verse. Según el Banco de México (Banxico), se prevé que esta nueva ola de inversión tendrá su mayor impacto en el país entre 2026 y 2030. Esta tendencia es una respuesta a la necesidad de relocalizar operaciones cerca de los mercados de consumo, un fenómeno que ganó tracción tras la pandemia.
De acuerdo con el Reporte sobre las Economías Regionales para el periodo abril-junio de 2024, el 41.3% de las empresas encuestadas por Banxico consideran que el mayor beneficio de la relocalización ocurrirá en ese intervalo de tiempo. La encuesta revela que la mayoría de los empresarios anticipan que esta tendencia traerá consigo un crecimiento notable en los próximos años.
“La opinión empresarial continúa anticipando que este proceso signifique un mayor beneficio en los próximos años, y que para maximizar esta oportunidad de crecimiento es importante promover un ambiente favorable para la inversión”, señala el informe del banco central.