"Con la ayuda del Congreso de México vamos a darle la vuelta a esta resolución porque muy pronto, en febrero, van a legislar, estoy segura, que no se puede sembrar maíz transgénico", dijo Sheinbaum en un evento público.
"Hay que proteger la biodiversidad de México en nuestro país (...) sin maíz no hay país", agregó.
El impasse escaló cuando el gobierno estadounidense invocó un panel de resolución de disputas para echar abajo el decreto presidencial de febrero de 2023 que prohibió el uso de maíz genéticamente modificado para elaborar tortillas y masa, y abogó por su sustitución en la producción industrial destinada al consumo humano y de alimentación animal.
Las Secretarías de Economía y Agricultura de México dijeron en un comunicado conjunto que no estaban de acuerdo con el fallo, pero que respetarían la decisión. Más tarde, las dependencias aseguraron que el informe del panel se refería "exclusivamente" al comercio entre México y Estados Unidos.
México, cuna del maíz moderno, prohíbe el maíz transgénico por temor a que contamine las variedades nativas del grano. Sin embargo, el país es el principal comprador extranjero de maíz amarillo cultivado en Estados Unidos, casi todo el cual es genéticamente modificado.
El gobierno de México espera que los compradores locales importen un récord de 22.3 millones de toneladas métricas durante la temporada agrícola 2023/24.