Para Óscar Ocampo, especialista en el sector energético del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), México enfrenta obstáculos tecnológicos y de capital humano para “sustituir importaciones”, tal como lo plantea el Plan México, específicamente en los sectores como el automotriz y de la petroquímica.
Para el especialista, el país no está completamente insertado en la cadena de valor de las baterías eléctricas y, en términos regulatorios, no existe certeza actualmente debido a que la soberanía sobre el uso del litio en el territorio nacional no da claridad para inversiones en este aspecto crucial para la transición energética y de movilidad eléctrica.
De acuerdo con datos recabados en el Plan México, las importaciones desde Asia superan los 210,000 millones de dólares (mdd), y las de maquinaria, aparatos, material eléctrico, automotriz, químicos y textiles representan en conjunto más del 70% de dichas importaciones. De ahí, los objetivos planteados en dichos sectores.
La apuesta a los incentivos fiscales
En respuesta a estos posibles obstáculos, recientemente, el gobierno mexicano publicó este martes incentivos fiscales para favorecer la relocalización de empresas en el país, bajo la condición de que éstas inviertan en educación dual e innovación industrial.
Para poner este esfuerzo en contexto, México solo invierte el 0.3% de su PIB en investigación y desarrollo, y el gasto empresarial destinado a este ámbito llega apenas al 19% del gasto total, muy lejos del 51% promedio de los países de la OCDE.
El gobierno mexicano deja de ingresar lo equivalente a más de 4 puntos porcentuales del PIB por renuncias recaudatorias e incentivos fiscales. Esto es una de las principales preocupaciones para expertos como Alejandra Macías, directora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.
"Traen un presupuesto como de 100,000 millones de dólares (para el Plan México en todo el sexenio). ¿De dónde los vamos a sacar si de por sí ya empezamos 2025 con recortes en gasto público, en inversión en salud?", interrogó la especialista.
Los estímulos fiscales serán aplicables hasta el 30 de septiembre de 2030 y el monto total que se autorizará a las empresas no excederá los 30,000 millones de pesos durante su vigencia, añadió el decreto firmado por Sheinbaum, que concluye su gestión en 2030.
Alejandra Macías opinó que para cumplir los ambiciosos objetivos del Plan México, necesitan aplicarse políticas diferenciadas que atiendan a cada sector de las industrias en las que más se quieren sustituir importaciones.
De aquí a 2030, el gobierno mexicano busca incentivar la innovación con deducciones a inversiones en manufactura, ensamble y transformación de componentes magnéticos para discos duros y tarjetas electrónicas para la computación.
¿Cómo evitar un colapso eléctrico para el Plan México?
De acuerdo con Óscar Ocampo, el Plan México supone objetivos ambiciosos en términos eléctricos, con inversiones por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de aproximadamente 22,000 millones de dólares para el sexenio.
Aunque estas inversiones son suficientes para cubrir la demanda actual, no lo serán si la demanda crece más de lo proyectado o si se quieren cumplir los objetivos climáticos de energías limpias para 2030, opina el experto.
Petroquímica y farmacéutica son prometedoras
El Plan México plantea sustituir 14,000 millones de dólares en importaciones de productos petroquímicos estratégicos. Para lograrlo, buscará imponer aranceles a productos cuya importación ha incrementado más de 100% en los últimos dos años, educación dual para producir talento y facilitar importaciones de insumos para apuntalar a la industria. Además de elevar la producción de Pemex en petroquímica secundaria.
El especialista del Imco recomendó incrementar estas inversiones, modernizar y expandir la infraestructura logística, especialmente en puertos y ferrocarriles. Por ejemplo, sobre los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, señala que debe fortalecerse la vocación energética de estos, y no pensarlos como posibles competidores del Canal de Panamá, como planteaba el Proyecto Transístmico del sexenio pasado.
“El Puerto de Coatzacoalcos tiene que pensarse como un puerto energético, no pensar que va a sustituir a Panamá. Aprovechar tu ventaja comparativa que es la energía y apostarle a esto, pero para ello requieres mucha infraestructura logística”, dijo.