Un golpe a las cadenas de suministro
El análisis de Joshua P. Meltzer, investigador principal de economía global y desarrollo del Instituto Brookings, destaca que estos aranceles tendrían un impacto particularmente fuerte en el comercio de América del Norte. Esto se debe al alto volumen de intercambio y a la importancia de las cadenas de suministro regionales, que representan alrededor de 50% del comercio intrarregional.
Además, advierte que estas contradicen el objetivo de la administración Trump de fortalecer las cadenas de suministro en la región y reducir la dependencia de China. En lugar de fomentar una mayor integración económica en América del Norte, los aranceles incentivarán a las empresas a diversificar sus opciones comerciales e incrementar su cooperación con China.
Baja credibilidad a EU
Más allá del impacto económico inmediato, los aranceles también ponen en entredicho la credibilidad de Estados Unidos como socio comercial. Al ser potencialmente incompatibles con el T-MEC, envían un mensaje preocupante al mundo: los acuerdos internacionales con Estados Unidos pueden no ser tan confiables.
Como resultado, otros países podrían comenzar a buscar alternativas para mitigar su dependencia de Estados Unidos, fortaleciendo lazos comerciales y de inversión con China y otras economías.
Un daño económico compartido
El arancel de Trump de 25% a las importaciones de Canadá y México reducirá el crecimiento económico de Estados Unidos, habrá menos empleos, provocará una caída de los salarios y un aumento de los precios, y las represalias de Canadá y México multiplicarán los daños económicos en los tres países.
“El presidente Trump ha dicho que estos aranceles son una respuesta a los flujos de fentanilo e inmigrantes ilegales de México y Canadá. El problema con estos aranceles es que imponen costos inmediatos a los consumidores, trabajadores y empresas estadounidenses sin un vínculo claro entre estos aranceles y cómo reducirán los flujos de inmigrantes o de fentanilo”, concluye Meltzer.