Renzo Merino, analista responsable de la calificación soberana de México en Moody’s, subrayó que el país mantiene resiliencia frente a choques externos, pero enfrenta un deterioro fiscal que mantiene el riesgo en su perfil crediticio. El país conserva la calificación Baa2 con perspectiva negativa, lo que implica una posibilidad de bajarla.
Moody’s: Déficit, crecimiento y Pemex condicionan la calificación de México

El factor que encendió las alarmas fue el déficit fiscal de más de 5% del PIB en 2024, muy por encima del rango histórico de 2 a 3%. Ese desvío elevó la deuda pública en más de cinco puntos del PIB en un solo año y generó presiones en el pago de intereses, que ya consumen 17% de los ingresos federales, uno de los niveles más altos entre países con grado de inversión.
La pregunta que nosotros tenemos y que queremos responder ahora es si el nivel de referencia para el déficit fiscal en adelante va a ser nuevamente 2 o 3% y cuándo se llegaría a ese nivel o si sería más alto y si sería más alto en un contexto de crecimiento bajo, eso podría generar un deterioro persistente en las métricas de deuda
Moody’s tiene un escenario base que dice la deuda estaría acercándose a 50% del PIB hacia el 2027-28, dependiendo de cuánta consolidación fiscal hay, además, no incluye Pemex.
Sin embargo, el gobierno ha pospuesto esa meta hasta 2028, manteniendo para 2025 un déficit superior a 4%. Esa demora refuerza la presión sobre la calificación.
En cuanto al crecimiento, la agencia mantiene como referencia 2% de largo plazo, aunque en 2025 la expansión rondaría apenas 1%, debido a la incertidumbre política y a la baja inversión privada. El potencial de México para crecer más depende de resolver rezagos en productividad, seguridad, informalidad y participación laboral femenina, así como el éxito de la revisión del T-MEC.
Merino mencionó que en noviembre se cumple un año desde que hizo una modificación al soberano, que fue un cambio a perspectiva negativa. Pero para este 2025 ve difícil alguna modificación, sería más hacia 2026 en espera de más información de Pemex, consolidación fiscal y recuperación económica.
Pemex bajará deuda en 2027
Un gran reto es la petrolera. Roxana Muñoz, analista de Moody’s para la empresa, explicó que la calificación de la petrolera subió de B3 a B1, gracias a un plan de apoyo financiero multianual del gobierno.
La estrategia incluye cuatro operaciones clave:
- Notas precapitalizadas por 12,000 millones de dólares, para sustituir deuda de corto plazo por vencimientos de largo plazo.
- Un fondo de inversión de 13,300 millones, destinado a pagar a proveedores.
- Recompra de bonos por 9,900 millones y transferencias de capital por 12,000 millones
- Una línea presupuestaria de 14,000 millones en 2026, para cubrir vencimientos.
Si todo lo anterior se concreta, Pemex puede bajar su deuda de 100,000 millones de dólares a alrededor de 78,000 millones hacia 2027, con un ahorro de 1,500 millones en intereses.
Lo novedoso es que, por primera vez, el gobierno asegura un respaldo de varios años y no solo transferencias anuales. Esto disminuye el riesgo de impago y dio pie a la mejora de calificación. Sin embargo, Moody’s advierte que los problemas estructurales de Pemex persisten: caída de producción, pérdidas en refinación y necesidad constante de liquidez.
Aunque el apoyo es “manejable” para las finanzas federales, incrementa los pasivos contingentes del soberano. La relación entre ambos se ha invertido: hasta 2018 Pemex aportaba al fisco alrededor de 2% del PIB, pero hoy representa una carga neta. En 2024 el costo fiscal de los apoyos superó el beneficio por impuestos y regalías
Moody’s proyecta que en 2025 y 2026 Pemex seguirá requiriendo inyecciones de efectivo. Incluso con las medidas actuales, la empresa necesitará cerca de 18,400 millones de dólares en 2026 (de los cuales ya 14,000 millones ya están cubiertos por la línea presupuestaria), así como 7,500 millones en 2027. Por eso la calificación intrínseca de Pemex, sin apoyo del gobierno, se mantiene en Caa.
El panorama de México combina varias presiones:
- El soberano, con déficit elevado, deuda más cara y bajo crecimiento.
- Pemex, con una deuda en reducción gracias a apoyos multianuales, pero sin cambios estructurales en su operación.
La clave será si el país logra disciplina fiscal y crecimiento mayor a 2%, mientras Pemex avanza en producción y eficiencia. De lo contrario, las cuentas públicas seguirán bajo tensión y la calificación soberana permanecerá en riesgo.