La agencia destacó que el Congreso aprobó cambios legales que permiten a Pemex compartir un techo de endeudamiento con la Secretaría de Hacienda. Esta medida busca reducir el costo de financiamiento y la carga de deuda. A junio de 2025, la empresa reportó 98,800 millones de dólares en deuda y 2,000 millones en gastos por intereses, más de la mitad del EBITDA trimestral.
Pese a la mejora en el vínculo con el soberano, Fitch mantuvo la evaluación individual de Pemex en ‘ccc’, debido a su débil liquidez, menores ingresos por precios bajos de crudo y producción en declive. La agencia anticipa que la falta de inversión en exploración y mantenimiento seguirá afectando la operación y las finanzas, con niveles de apalancamiento superiores a 15 veces en el horizonte de calificación.
Los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza siguen pesando en el perfil crediticio. Los incidentes en instalaciones críticas y las emisiones contaminantes representan costos potenciales y presiones adicionales sobre la liquidez. También persisten problemas en infraestructura y seguridad laboral.
Fitch subrayó que futuras mejoras dependerán de un respaldo gubernamental aún mayor o de un eventual aumento en la calificación soberana. Por el contrario, una reducción del apoyo federal o una baja en la nota de México podrían revertir el avance.
Pemex sigue como la empresa más grande de México, con un peso estratégico para las finanzas públicas y el sector energético. La nueva calificación la coloca a un escalón del soberano, pero su situación financiera continúa frágil sin apoyo constante del gobierno.