El pago de intereses de la deuda pública supera al gasto de inversión en infraestructura para registrar la mayor brecha de la que se tiene registro, de acuerdo a cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
México invierte menos en infraestructura que en pagar intereses de su deuda

En el periodo enero-agosto, el costo por intereses de la deuda pública fue más elevado al de inversión física por 311,041 millones de pesos, frente al mismo periodo de años anteriores, revirtiendo la tendencia de mayor gasto en infraestructura y menor deuda del año pasado.
Jorge Cano, coordinador del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, explicó que los recursos públicos que se obtienen de préstamos se deben destinar a refinanciar deuda o a gasto de inversión, este último con el objetivo de hacer crecer este capital y se vuelva redituable para la economía.
“Es un tema de gran preocupación porque nosotros estimamos que por cada peso de endeudamiento que se come el presupuesto, para el siguiente año solamente 61 centavos se destinarán a proyectos de inversión. Cuando debería ser un peso de deuda, igual a un peso de inversión, es la regla de oro de la sostenibilidad de la deuda. Desde 2019 no se cumple esa métrica y nuevamente en 2026 no se cumplirá, lo cual ya nos habla de 7 años continuos de que no estamos en una trayectoria sostenible de la deuda”, explicó el especialista de México Evalúa.
La propuesta de Paquete Económico 2026 refiere que 2025 y 2026 serán dos años más en los que el gasto para intereses de la deuda será mayor al destinado a inversión en infraestructura; para este año se prevé una distancia de 532,247 millones de pesos, y para el siguiente de 611,973 millones.
“Este patrón refleja que una parte creciente de los recursos públicos se destina al pago de intereses, desplazando la inversión y otros gastos prioritarios”, como salud, cuidados y pensiones, en medio del aumento en la demanda de bienes y servicios públicos de una población cada vez más envejecida”, refirió el análisis Implicaciones del Paquete Económico 2026, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
De 2021 a 2025, el costo financiero de la deuda pública ha crecido en promedio 13.1% anual, al pasar de 2.1% del PIB a 3.5%, lo que representa un incremento acumulado de 68.3 %. Para 2026, se proyecta un aumento adicional de 9.4 %, equivalente a 1.6 billones de pesos, o 4.1% del PIB.
“Este gasto ineludible (costo financiero) se mantiene como uno de los componentes de mayor expansión, desplazando a otros rubros del presupuesto. Hacia 2031, bajo supuestos de menor tasa de interés y crecimiento cercano a 2% anual, el costo financiero se moderaría a 3.1 % del PIB. Sin embargo, persisten riesgos asociados a la transición demográfica, la baja productividad y la caída en la producción petrolera. En este contexto, la sostenibilidad fiscal y la equidad intergeneracional son elementos centrales para garantizar estabilidad y espacio fiscal en el mediano y largo plazo”, destacó el CIEP.
Si bien se anticipa que el crecimiento económico contribuya a compensar el costo financiero de la deuda, este se apoyaría en un aumento cercano a 2% anual del PIB. No obstante, aun con dicho crecimiento, la productividad laboral seguiría por debajo de la observada en 2005, en un contexto marcado por el envejecimiento poblacional, resaltó.
Equivalencias
La diferencia entre deuda e inversión al cierre de agosto de 311,041 millones de pesos, es equivalente al doble del presupuesto planteado para el cierre de este 2025 para la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes; 21 veces para la Secretaría de Cultura o 5 veces el presupuesto para la Secretaría de Salud. Es apenas, 10,859 millones menos que el ajuste o subejercicio que aplicó Hacienda al gasto público al cierre de agosto por 321,900 millones .
“La responsabilidad se traslada a las futuras generaciones, quienes deberán sostener dichos servicios con menor inversión física y financiera, pero con una productividad mayor a la observada. En este contexto, la sostenibilidad fiscal y la equidad intergeneracional deberían incorporarse en las proyecciones de deuda para atender los retos fiscales de mediano y largo plazo, tanto en ingresos como en gastos, incluido el costo financiero de la deuda”, advirtió el CIEP.