Detrás del cambio estuvo el repunte de los productos no petroleros, que pasaron de números negativos a un superávit superior a 2,700 millones. Las exportaciones crecieron 14.2% anual y las importaciones avanzaron 12.8%, de acuerdo con datos del Inegi.
Las ventas al exterior tuvieron un impulso decisivo desde la manufactura, que subió 17.4% anual. Los mayores saltos se registraron en maquinaria y equipo especial con un avance de 110%, así como en productos de la minerometalurgia y en equipos eléctricos y electrónicos.
Solo el sector automotriz mantuvo una caída de doble dígito (14%) por la menor demanda en Estados Unidos y otros mercados.
Las exportaciones no petroleras dirigidas a Estados Unidos mostraron un crecimiento sólido de 17.1%. Los envíos al resto del mundo avanzaron 12.3%.
Dentro del campo agropecuario aparecieron contrastes: el valor exportado se redujo 19.5% por las caídas en ganado bovino, jitomate, cebolla y aguacate, mientras que el camarón congelado y la pesca ofrecieron los mayores aumentos.
Del lado de las importaciones, el país compró más bienes de uso intermedio, el corazón de la producción manufacturera, con un alza de 15.7%. Las adquisiciones de bienes de consumo subieron 10.7% y las de bienes de capital retrocedieron ligeramente.
Entre enero y octubre, México acumuló un déficit comercial de 2,321 millones de dólares, una brecha menor a la del mismo periodo del año previo.