Emprendedores que convencieron a extraños y amigos para financiar sus ideas
Una de las principales fuentes de financiamiento a la que recurren los emprendedores en sus primeros días de vida es a los recursos económicos que les pueden aportar su familiares, amigos y extraños.
Estos casos son dos ejemplos de jóvenes emprendedores que convencieron con argumentos y proyectos probados que había un mercado para sus productos, lo único que necesitaban era una "mano" de sus primeros inversionistas.
Bamboocycle
Después de viajar a Europa, conocer la cultura del uso de la bicicleta como medio de transporte cotidiano y de tomar un curso de bambú en Francia, Diego Cárdenas tuvo la inquietud de crear su propia bici hecha de este material.
Tres meses tardó en fabricar la primera bicicleta para uso personal. El proceso fue lento, su tío Ángel Landeros le prestó un taller para desarrollar el proyecto; su madre, Lourdes Landeros, además de darle ánimos y creer en él, le regaló algunos accesorios para complementarla.
“Usaba la bici en la calle y todo mundo me preguntaba, y pensé que fabricar bicicletas hechas de bambú podría ser buen negocio ”, dice Cárdenas.
El emprendedor recibió 30,000 pesos de su tío Manuel Landeros, los cuales utilizó para comprar material e insumos. Además, su madre le prestó el garaje de su casa para continuar con la producción formal y exhibirlas.
Fue así como Cárdenas vendió en septiembre de 2010 su primer bici en 1,300 dólares a un cliente que vivía en Nueva York. Y tuvo su primera producción de 50 bicicletas.
“Los familiares son como los socios, cada uno tiene niveles de compromiso y esperan algo de ti o tu empresa”, afirma.
20 bicicletas al mes produce la empresa Bamboocycles.
Haber pasado por esta etapa de fondeo, le permitió conseguir dinero de capital semilla en la Secretaría de Economía, de crowdfunding y, actualmente, es candidato a inversión por parte de fondos de capital privado.
Empresa: Preji&Grynberg
Alejandra Velázquez y su prometida, Janet, se tomaron de la mano y se lanzaron al vacío. Así lo describe ella cuando relata la decisión de pedirle dinero a los desconocidos para echar a andar su proyecto Preji&Grynberg, un empresa de manufactura artesanal de muebles para mascotas.
Con 3,000 pesos de inversión propia, Alejandra fabricó los primeros prototipos, su roomie que era fotógrafo, tomó algunas imágenes de sus perros modelando en los muebles. Una de sus amigas diseñó el logo de la marca y fue así como, el año pasado, la pareja echó a andar su página de Facebook.
A Janet se le ocurrió que a través de Fondeadora.mx, una plataforma de crowdfunding podrían conseguir los recursos para hacer crecer el taller. Y en una semana lograron que 59 donadores les dieran 27,238 pesos, 7,000 más de la meta que se habían propuesto.
“Eso nos enseñó a no subestimar lo que puedes lograr cuando le caes bien a la gente y cuando tu producto tiene potencial. Aunque no parezca, siempre habrá alguien que te eche la mano inesperadamente, porque así es la gente de impredecible”, asegura Alejandra.
Janet y Alejandra están en un periodo de planeación estratégica del negocio y en la búsqueda de puntos de venta para sus productos, diseñando estrategias de publicidad y elaboración de otros prototipos.
A mediano plazo también les gustaría usar sus ganancias para crear un refugio y centro de adopción para animales que funcione como showroom.